Si en el ejemplo del herido en el arroyo has llegado a la conclusión de que es necesario trasladar a tu amigo hasta un lugar seguro, tu siguiente pregunta será:
¿Cómo puedo moverlo en las mejores condiciones?
Como comentábamos al principio, las técnicas de movilización están muy relacionadas con las de inmovilización. En la unidad 3 "Técnicas de socorrismo I" estudiaste cómo inmovilizar una posible fractura. Este será el primer paso antes de iniciar la movilización.
En caso de proceder al rescate un solo socorrista puede recurrir a técnicas de arrastre, especialmente útiles si la víctima es corpulenta y está incapacitada para moverse.
- Arrastre por los pies. Es una de las formas de arrastre más cómodas. Tiene la limitación de que sólo permite el arrastre por superficies horizontales y sin demasiados obstáculos. No se puede emplear en caso de traumatismos severos en las extremidades inferiores.
- Arrastre por las axilas. En esta técnica, el socorrista se coloca por la cabeza del herido y lo coge desde atrás pasando sus brazos bajo las axilas de la víctima.
- Arrastre a gatas. En caso de que la víctima sea muy corpulenta o el socorrista no pueda movilizarla con facilidad, se puede utilizar esta técnica que consiste en atar las muñecas de la víctima si se encuentra inconsciente. Colocándonos encima de ella, pasamos sus brazos por nuestro cuello, desplazándonos a gatas hasta la salida.