3.- Clasificación de los selladores de fosas y fisuras.

Caso práctico

Esther, la higienista de Dentoclínic que lleva años trabajando en la consulta de Adela.Ramón se dispone a empezar el tratamiento. Le pide a Esther que, si está poco ocupada, le ayude en el procedimiento. Está acostumbrado a trabajar solo, pero siempre que puede, procura buscarse un compañero que le ayude en el manejo de la conducta del paciente, que le pase el instrumental que necesita y que le ayude con la aspiración.

En primer lugar, vamos a explicar lo que es un sellador de fosas y fisuras.

Un sellador de fosas se define como un material que se coloca directamente sobre la superficie de dientes temporales o permanentes susceptibles al desarrollo de caries, principalmente en superficies oclusales, actuando como una barrera física por la unión al diente para prevenir que bacterias orales cariogénicas y su fuente de nutrientes, la placa bacteriana, desarrollen las condiciones necesarias para destruir la estructura dental.

Como hemos mencionado, y se puede imaginar, las superficies más susceptibles para desarrollar caries son las caras oclusales, debido a su morfología irregular que favorece la retención de los alimentos y la placa bacteriana.
De hecho, múltiples estudios epidemiológicos demuestran que el 95% de caries en molares permanentes y el 50% de caries en molares temporales se localizan en los fosas y fisuras de las caras oclusales, fosas vestibulares y cíngulos.
Por este motivo, ya desde aproximadamente el año 1923 se practican tratamientos destinados a prevenir en la medida de lo que era posible su aparición.
En dicho año, Thaddeus Hyatt realizó las primera ameloplastias profilácticas.
Posteriormente, en 1926 Bodecker realizaba ameloplastias profilácticas y las recubría con cemento de oxifosfato de zinc.         
En ambos casos, se eliminaba la estructura dental sana, por tanto no se trataba de verdadera prevención.

Evidentemente, debes entender que en la época antigua, como la clínica de la imagen, los tratamientos que se realizaban tenían escaso éxito por las limitaciones técnicas de los materiales con los que trabajaban.

               Imagen que muestra como era una clínica antiguamente.
El año 1955 marcó la diferencia. Por aquel entonces Buonocore descubrió un hecho sorprendente: observó que la superficie del esmalte se volvía porosa al entrar en contacto con el ácido ortofosfórico, como el que se muestra en la imagen que sigue. Este fenómeno se bautizó cómo grabado ácido y fue la base de la odontología moderna perdurando hasta nuestros días.

               Imagen que muestra una jeringa de ácido ortofosfórico.

Seguramente te debes preguntar: ¿Qué significa que el esmalte quede poroso después de someterlo al efecto del ácido ortofosfórico? ¿En qué repercute?
La respuesta es lógica: donde se pegan mejor los materiales es en una superficie porosa, por tanto nos interesa que la superficie del diente sea porosa para que se nos adhiera mecánicamente el material que colocamos (selladores de fosas y fisuras, composites, cementos….)

Por lo tanto, podríamos decir que, el éxito de esta técnica está en el proceso de acondicionamiento ácido que modifica o aumenta el tamaño de los poros del esmalte, y con ello la superficie por la que el sellador penetra en el esmalte, consiguiendo una adhesión mecánica fiable.

Conjunto de bacterias, restos de alimentos y proteínas salivales que se deposita en la superficie de los dientes.

Cemento empleado en odontología para fijar estructuras hechas fueras de la boca a tejido del diente, bandas de ortodoncia, coronas, incrustaciones, puentes fijos. También empleado en restauración temporal y como recubrimiento para proteger a la pulpa de estímulos mecánicos, químicos y eléctricos.

Consiste en modificar levemente la superficie del esmalte con fines preventivos o terapéuticos. Se intenta modificar la anatomía del surco para que pase de ser muy profundo y muy estrecho a una estructura que permita la eliminación de la placa bacteriana y que no favorezca la retención de alimento. El surco se transforma en una superficie curva, lisa y bien pulida que permite una buena higiene.

Ácido que empleamos en odontología para grabar la superficie dental.

Material de obturación con apariencia y propiedades similares el diente natural.

Que es capaz de producir o inducir la producción de caries dental.

Es una protuberancia convexa bulbosa sobre el tercio cervical de la cara palatina y lingual de un diente anterior. Junto con los rebordes marginales origina una amplia depresión en el centro, denominada fosa palatina.