El principal síntoma que acompaña a la hipersensibilidad dentinaria es el dolor. Es un dolor con las siguientes características:
- Es una respuesta de dolor exagerada frente a un estímulo leve o "normal".
- El dolor siempre es provocado y nunca espontáneo, característica que sirve para el diagnostico.
- La respuesta dolorosa se limita al tiempo que dura el estímulo causante.
- Es un dolor muy localizado, es decir, el paciente sabe perfectamente el diente causante.
Estas características hacen posible su reconocimiento y facilitan no confundir la hipersensibilidad con otros procesos dolorosos como la pulpitis aguda (en este caso, el dolor persiste después de retirar el estímulo, e incluso, el dolor puede ser irradiado o mal localizado).
Debido a que el dolor y en consecuencia la hipersensibilidad dentinaria es una sensación subjetiva, para su evaluación se emplean cuestionarios sobre sus características y pruebas clínicas. La metodología para la valoración de la hipersensibilidad dentinaria se basa en la respuesta pulpar a los cambios térmicos (10 ºC, 20 ºC y 30 ºC), táctiles, osmóticos, eléctricos o de aire.
- Térmicos: Principalmente el frío es lo que desencadena una respuesta más dolorosa en el paciente. Para determinarlo en la consulta dental, puedes emplear la jeringa de aire/agua.
- Táctiles: Puedes comprobar la sensibilidad del paciente al tacto tocando el cuello del diente con la sonda de exploración.
- Osmóticos: En esta prueba puedes utilizar una solución de glucosa para que el paciente se enjuague y pueda indicarte donde le molesta.
- Eléctricos: Para esta respuesta necesitarás vitalómetros o pulpómetros. Son unos aparatos electrónicos que emiten corriente eléctrica pudiéndose modificar la intensidad. De esta forma, puedes cuantificar el umbral del dolor al recibir descargas eléctricas.
Es una inflamación persistente de la pulpa causada por un estímulo nocivo. Puede mostrar dolor causado por un estímulo caliente o frío o el dolor puede ser espontáneo.
Manifestación o expresión del tejido pulpar por la acción de los irritantes físicos, químicos y bacterianos del órgano dentino-pulpar. Se puede identificar, entre otras cosas, con la percepción de sensaciones dentales.