El cepillado dental suele repetirse habitualmente una o más veces al día, durante un tiempo promedio de 1 minuto. Este período de tiempo es claramente insuficiente para lograr una limpieza oral adecuada. Normalmente se recomienda que el cepillado se realice inmediatamente tras las comidas o la ingesta de alimentos, aunque en pacientes con hipersensibilidad dental puede ser útil esperar un tiempo prudencial después de una ingestión si en esta ha habido ácidos, debido a que la pérdida de la dentina se incrementa cuando el cepillado es ejecutado inmediatamente después de la exposición del diente a los alimentos ácidos, como en el caso del consumo de vinos, frutas cítricas, yogur, etc. Incluso realizarlo previamente a la ingestión de los alimentos para evitar la retirada del barrillo dentinario. Este barrillo dentinario produce la oclusión de los túbulos de la dentina y la reducción de la sensibilidad frente a los alimentos, sobre todo si incluyen ácidos.
También se recomienda el uso del cepillo durante un período medio máximo de 3 meses; aunque esto también depende de los hábitos de cepillado de cada paciente: Frecuencia, fuerza y técnica de cepillado.
En cuanto a la duración del cepillado, lo cierto es que la mayoría de las personas se cepillan durante un tiempo inferior a los 30 segundos, aunque creen hacerlo durante un período más prolongado.
Estudios realizados en niños y adolescentes han demostrado que, al aumentar el tiempo de cepillado, aumenta la eliminación de la placa, aunque la mayor parte de la placa se elimina en los primeros 60 segundos. Cuando se prolonga el tiempo de cepillado hasta los 3 minutos, las zonas menos accesibles (dientes posteriores y caras linguales) quedan evidentemente más limpias
También es necesario seguir un patrón de cepillado que asegure la higiene de todos los dientes por todas sus superficies.
El patrón que te recomendamos enseñear a los pacientes para que no se olviden ninguna superficie es el siguiente:
De las técnicas de cepillado dental, únicamente vamos a comentar las más efectivas puesto que son estas las que debemos enseñar a los pacientes.
- Técnica de barrido.
El cepillo, se coloca sobre la encía adherida cercana al margen gingival de los dientes, de forma que los filamentos formen un ángulo de 30 a 40º con respecto al eje axial de los dientes, apuntando hacia apical.
A continuación, con un movimiento de rotación o barrido, se gira el cabezal en dirección al tercio oclusal del diente hasta que los filamentos formen un ángulo de 90º con respecto a la superficie axial de los dientes que estemos cepillando.
Repetimos 5 o 6 veces el movimiento para cada sector dentario, cubriendo todas las caras, y aplicando una presión moderada.
Es importante que se solapen las áreas de cepillado para que no quede ninguna zona excluida.
Por lingual/palatino es algo más complicado y se cubren menos dientes en cada movimiento.
Concluiremos con un cepillado de las caras oclusales realizando movimientos rotatorios.
Restos de proteínas salivares y material orgánico que se deposita en la superficie de la dentina y ocluyen los túbulos dentinarios expuestos, de manera que puede suponer un mecanismo de defensa natural frente a la hipersensibilidad.
Son microconductos que atraviesan la dentina desde la pulpa hasta el esmalte y el cemento radicular.
Es la continuación de la encía libre o marginal. Se extiende desde el surco gingival (espacio que queda entre diente y encía libre) hasta la línea mucogingival que la separa de la mucosa alveolar.
Referente al ápice o raíz. Hacia apical quiere decir dirección al ápice o punta final de la raíz dentaria.
Se denomina a la cara del diente que tiene oclusión con el antagonista, las caras activas en la masticación.