Por la función de nutrición, la célula es capaz de obtener del medio que la rodea los nutrientes (materia) y la energía que requiere para realizar sus procesos fisiológicos, procesarlos (metabolismo), así como eliminar los productos de secreción o deshecho que resulten de estos procesos.
Por lo tanto, podríamos dividirla en tres fases, como puedes ver en el esquema adjunto:
- Ingesta: Entrada de materia y energía desde el medio externo.
- Metabolismo: Procesamiento interno de los nutrientes.
- Excreción: Salida al medio externo de los productos de deshecho o de secreción.
Veamos estas fases una a una, lo que nos ocupará este capítulo y otro más:
INGESTA:
La forma de entrada de las sustancias o materias al interior de la célula es muy variable. En general, la forma elegida suele depender del tamaño de la partícula o sustancia a penetrar, de su composición química, de su concentración en el medio externo o interno, etc.
A grandes rasgos, podemos diferenciar las siguientes vías de entrada:
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Difusión simple: Pequeñas sustancias son capaces de atravesar la membrana celular gracias a la diferencia de gradiente o concentración a ambos lados de la membrana, sin gasto de energía. Por ejemplo, el agua.
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Transporte activo: A causa del mayor tamaño o de características químicas que dificultan traspasar la barrera de la bicapa lipídica de la membrana celular, algunas sustancias requieren ser “ayudadas” a atravesar hasta el medio interno de la célula. Este tipo de transporte requiere siempre de un gasto de energía adicional. Entre las diversas modalidades de este tipo de transporte, podemos encontrar la difusión facilitada, que se realiza gracias a unas proteínas transportadoras específicas que están englobadas en la membrana. Este es el sistema que utilizan, por ejemplo, las moléculas de glucosa para entrar en las células. También utilizan el sistema activo las sustancias que requieren una “bomba de transporte” para penetrar en la célula, a cambio de la expulsión de otro elemento. Es el caso del sodio, el potasio o el calcio.
- Fagocitosis: Cuando la materia a absorber por la célula es de tamaño mayor a la que podría entrar por difusión o mediante las proteínas de transporte, algunas células tienen la capacidad de englobar a la sustancia mediante la emisión de pseudópodos y de incluirla en una vesícula que después podrá fusionarse con un lisosoma para su digestión. Este proceso también se denomina endocitosis. El término similar “pinocitosis” se reserva a los casos en que la materia a absorber no es de gran tamaño y está disgregada.
Un seudópodo o pseudópodo es una prolongación del citoplasma de algunos organismos unicelulares, que los utilizan para alimentarse o desplazarse. Los seudópodos se extienden y se contraen mediante el ensamblado reversible de subunidades de actina en microfilamentos.
La endocitosis es un mecanismo clave por el cual las células introducen moléculas grandes, partículas extracelulares e incluso pequeñas células, englobándolas en una invaginación de la membrana plasmática eucariota, formando una vesícula que termina por desprenderse de la membrana para incorporarse al citosol