1.2.5.- El tejido nervioso.

A finales del siglo XIX, un científico español elaboró una teoría que explicaba cómo era tisular y celularmente el sistema nervioso. Esta teoría se llamó “doctrina de la neurona”, y su autor recibió en el año 1906 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. El sabio se llamaba Santiago Ramón y Cajal. Y es a él a quien debemos las bases de la comprensión de la estructura del tejido nervioso. Las células básicas del sistema nervioso son las neuronas.
Las células pueden alcanzar un alto grado de especialización, especialmente en los organismos pluricelulares. Dicha especialización o diferenciación es tal que, en el cuerpo humano, en algunos casos, dificulta la propia viabilidad de la célula aislada. En el sistema nervioso, y precisamente debido a su altísima especialización, las neuronas dependen para su supervivencia de las células de la glía. Estas células, también descubiertas por Ramón y Cajal, actúan como auténticas nodrizas de las neuronas, asegurando su aporte de nutrientes, regulando la producción de neurotransmisores por parte de las mismas, facilitando el impulso nervioso, fabricando mielina, aislándolas del resto de tejidos e incluso induciendo la reparación de los axones en ciertos casos. Existen muchos tipos de células gliales, pero las más abundantes son los astrocitos, oligodendrocitos y las células ependimarias.
También debido a su especialización, la mayoría de las neuronas han perdido incluso su capacidad mitótica y, por lo tanto, no pueden reproducirse (sólo unas pocas mantienen su capacidad de renovación o regeneración).

La mielina es una sustancia que envuelve y protege los axones de ciertas células nerviosas y cuya función principal es la de aumentar la velocidad de transmisión del impulso nervioso.

Santiago Ramón y Cajal fue un médico español, especializado en histología y anatomía patológica. Compartió el Premio Nobel de Medicina en 1906 con Camillo Golgi «en reconocimiento de su trabajo sobre la estructura del sistema nervioso».​ Fue pionero en la descripción de las diez sinapsis que componen a la retina.​

"Sabías que ..."

Ciertas toxicopatías o adicciones, como por ejemplo el alcoholismo, producen degeneración y posterior muerte de grupos neuronales. Has visto que la mayoría de las neuronas no son capaces de regenerarse, por lo tanto, ante un alcoholismo crónico, las muertes neuronales ocasionarán alteraciones irreversibles. Para conservar la población neuronal, el individuo debe adoptar hábitos de vida saludables.

Las neuronas tienen una forma característica, con un cuerpo o soma estrellado del que se emiten unas prolongaciones a modo de dedos, que se denominan dendritas. El cuerpo neuronal se continúa con una “cola” que puede llegar a medir más de un metro en el cuerpo humano. Esta zona de la neurona se llama cilindro-eje o axón. Finalmente, el axón termina en una zona de diferentes formas en dependencia del tipo de neurona, a la que llamamos terminación nerviosa.

Creación gráfica inspirada en las conexiones neuronales del cerebro.

En los axones, podremos observar también unos cúmulos regulares de una lipoproteína denominada mielina, que tiene gran importancia en la velocidad de propagación del impulso nervioso, dado que posee características aislantes. Cuanto más mielinizada se encuentre la neurona, más rápido se transmitirá la excitación nerviosa. La mielina es producida por unas células gliales denominadas células de Schwann.

La característica que hace a las neuronas tan especiales es su excitabilidad, por la que transforman los estímulos recibidos en potenciales de membrana  que se propagan de unas neuronas a otras o hasta las fibras musculares.

El impulso nervioso es de tipo electroquímico. No sólo se basa en la propagación de un potencial de acción eléctrico a través de la membrana celular, a lo largo de su axón, sino que también posee una vertiente química al liberarse unas sustancias a nivel de la terminación nerviosa que se denominan neurotransmisores. Algunos de estos son la adrenalina, la acetilcolina, la dopamina, la serotonina, las endorfinas, etc.
Y es que es importante que conozcas que las neuronas no contactan directamente unas con las otras, sino que establecen sinapsis, que son espacios entre la terminación nerviosa de una neurona y las dendritas de la siguiente. Los neurotransmisores llenan estos espacios en el momento de la transmisión nerviosa y son captados por la neurona siguiente.

El potencial de membrana es la diferencia de potencial a ambos lados de una membrana que separa dos soluciones de diferente concentración de iones, como la membrana celular que separa el interior y el exterior de una célula.

Un neurotransmisor es una biomolécula que permite la neurotransmisión, es decir, la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona, una célula muscular o una glándula, mediante la sinapsis que los separa.

Es una biomolécula que permite la neurotransmisión, es decir, la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona, una célula muscular o una glándula, mediante la sinapsis que los separa

El potencial de membrana es la diferencia de potencial a ambos lados de una membrana que separa dos soluciones de diferente concentración de iones, como la membrana celular que separa el interior y el exterior de una célula.

"Para saber más"

Ahora puedes acceder al Atlas de Histología para saber más del tejido nervioso