Caso práctico
Ya son las 2 de la madrugada.
No se oye ningún ruido en la casa ni en la calle.
Pero Claudia no puede dormir.
Cuando se haga de día se levantará para ir por primera vez al Centro de Salud, pero no como usuaria, ya que esta vez irá como trabajadora. Empezará su andadura profesional como Técnico Superior en Higiene Bucodental en el Servicio de Atención Bucodental.
Ayer hablaba con su amigo Ramón que hace unos días empezó a trabajar en una clínica dental privada, y él le quitaba punta al asunto.
—Tranquila, ya verás como en pocos días te da la sensación de que has trabajado allí toda la vida…
—¿Sabes de lo que tengo más miedo? —le decía Claudia— tengo la impresión de que no consigo recordar absolutamente nada de lo que he estudiado. Van a creer que no tengo los conocimientos suficientes…
—No seas tonta. Lo que van a pensar es que han tenido mucha suerte contratándote, en cuanto te conozcan. Y lo que has aprendido irá saliendo solito, a medida que necesites echar mano de ello. No tienes que preocuparte por eso…
—¡Uf! Espero que tengas razón.
—Seguro que te va de maravilla. Llámame mañana cuando vuelvas a casa, ¿vale? Me muero de ganas por saber cómo te ha ido el primer día.
Y Claudia da una vuelta más en la cama, echa un vistazo al reloj y mira las estrellas que se ven desde la ventana… “¿Cómo era aquello de la fórmula dentaria…?” piensa ya medio adormilada…