El medio físico, químico y biológico en el que nos desenvolvemos en la vida diaria también es un determinante del nivel de salud.
Reflexiona un momento sobre la influencia que ejercen en nosotros la contaminación atmosférica, la radiación solar, el ruido de la ciudad, olas epidemias de gripe de cada invierno.
Pero piensa también en el medio social en el que te mueves: la importancia de tener una vivienda digna, las condiciones laborales, tu nivel de estudios, o incluso la influencia que ejerce sobre ti tu grupo de amigos, tu familia o tú pareja.
El hecho de que estas condiciones medioambientales sean desfavorables va a propiciar situaciones de riesgo para enfermar.
Estos últimos determinantes dependen del entorno, por lo tanto, su corrección o modificación no siempre estarán a nuestro alcance.
Pero sí que podemos influir directamente sobre nuestro estilo de vida. La adopción de hábitos saludables va a contribuir de forma muy positiva en el mantenimiento del nivel de salud óptimo.
Más aún, se ha demostrado que hábitos insanos, como el sedentarismo o el tabaquismo son factores de riesgo independientes para las enfermedades de origen cardiovascular.
CONDICIONES MEDIOAMBIENTALES:
Hace referencia a todos los factores contaminantes como la polución atmosférica, el humo, el polvo, la utilización de plaguicidas, la emisión de gases contaminantes por parte de algunas industrias, la contaminación de las aguas o el suelo, la contaminación acústica o lumínica, la producida por la eliminación de residuos humanos o industriales, y los agentes contaminantes vivos, como virus, bacterias, parásitos, plagas, polen , etc.
Pero también son condicionantes los factores psicosociales y culturales que nos rodean, las propias creencias, los usos y costumbres de nuestro entorno…
ESTILO DE VIDA:
Aquí los determinantes de salud son modificables por el propio individuo de forma directa. Los hábitos no saludables incluyen el consumo de tóxicos como el tabaco, el alcohol o las drogas, la dieta desequilibrada (hipercalórica, hiperlipídica, etc.), el sedentarismo, las conductas temerarias (por ejemplo, no observar las reglas de circulación o automedicarse), etc.
SISTEMA SANITARIO:
El acceso a los recursos sanitarios, la calidad de estos, las posibilidades terapéuticas que tenemos al alcance en nuestro ámbito, las políticas de medicina preventiva, el cuidado de las personas sanas en la infancia o en la senectud, las capacidades de técnicas de rehabilitación o incluso las campañas de salud que promueven los organismos sociales y sanitarios, determinan de forma evidente que nuestro estado de salud pueda ser óptimo, o que tengamos una capacidad de respuesta positiva ante la enfermedad.
Parte de la medicina que se ocupa de los medios empleados en el tratamiento de las enfermedades y de la forma de aplicarlos.