El examen físico que se realiza mediante técnicas manuales, visuales o instrumentales sencillas nos ofrece, en la mayor parte de los casos, suficiente información como para poder establecer una aproximación diagnóstica, incluso sin recurrir a medios diagnósticos instrumentales más complejos.
Al igual que la anamnesis, debe ser sistemático y ordenado. Se sigue una secuencia para no dejar datos en el olvido. El examen físico realizado debe ser general, pero también segmentario en una segunda fase, en la que el examen físico se centrará más en la zona afectada.
Incluye los siguientes pasos:
- Inspección: Se trata de lo que podemos valorar a simple vista. ¿Está el paciente pálido? La lesión de la encía que le ha traído a la consulta, ¿está enrojecida? La zona cutánea que le molesta, ¿presenta lesiones de rascado? ¿Se observa secreción en la región inflamada? ¿Presenta una asimetría facial?
- Palpación: Este es el momento de usar el sentido del tacto para evaluar los signos que refiere o presenta el paciente. ¿Se palpan adenopatías? La tumoración del cuello, ¿tiene un tacto blando? La palpación abdominal, ¿es dolorosa? ¿Se percibe algún resalte articular en la rodilla?
- Auscultación : El sentido utilizado en esta fase es el oído. Se utiliza para este fin un instrumento amplificador de los sonidos que se denomina fonendoscopio o estetoscopio. ¿Existe un soplo cardíaco? ¿Se escuchan sibilancias cuando el paciente espira?
- Percusión: Utilizando los dedos de una mano, se percute sobre los dedos de la otra mano, que están apoyados en el lugar a explorar. Según el sonido que emite la percusión se puede concluir si existe una cavidad llena de aire o líquido, si la percusión abdominal es dolorosa, etc.
También forma parte de esta exploración física, la medida de las constantes antropométricas y las constantes vitales. Éstas son:
- Peso y altura: Estas medidas pueden ser necesarias para detectar sobrepeso o malnutrición, alteraciones del desarrollo en los niños o para dosificar adecuadamente un fármaco determinado.
- Pulso: ¿Cuál es la frecuencia cardiaca? El pulso, ¿es regular o irregular? Suele determinarse mediante el pulso radial, en la zona externa de la muñeca.
- Tensión arterial: Para la medida de esta constante necesitamos un esfigmomanómetro y un fonendoscopio, aunque actualmente se recurre a mecanismos más modernos con dispositivos electrónicos o digitales que facilitan la medición.
- Temperatura: El termómetro nos indicará la existencia de fiebre o, por el contrario, de una temperatura corporal normal.
- Frecuencia respiratoria: Al igual que la medición del pulso, sólo precisa de nuestra observación y de un cronómetro.
Una adenopatía o una linfadenopatía se refieren a una enfermedad en los ganglios linfáticos. No obstante, normalmente se utiliza este término como un sinónimo de una inflamación o un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.
Son un sonido silbante y chillón durante la respiración, que ocurre cuando el aire se desplaza a través de los conductos respiratorios estrechos en los pulmones.