1.7.- Pronóstico.

"En el accidente de ayer resultaron heridos dos individuos que se hallan ingresados en el Hospital Clínico con pronóstico grave." ¿Cuántas veces has visto comunicar en términos similares una noticia como ésta en el periódico?

¿A qué se refiere el columnista cuando habla de "pronóstico grave", "muy grave", "leve" o "reservado"?

La prognosis o pronóstico es la predicción del curso futuro de una enfermedad, a partir de los datos de los que disponemos en el momento de realizarla

(¿Recuerdas las lecciones anteriores? Nos estamos refiriendo a los datos recogidos en la anamnesis, la exploración física y los exámenes complementarios).

Debes entender lo que significa realmente establecer un pronóstico:

Se ve un cruce de vías de tren, para ilustrar las variaciones en el pronóstico.

  • Se trata de un concepto que se basa en la probabilidad, y por tanto, se determina siempre de forma incierta. Que establezcamos que un proceso patológico tiene por ejemplo un pronóstico leve no significa de forma segura que no pueda aparecer una complicación imprevista que modifique negativamente el curso de la enfermedad.
  • Puede expresarse en forma de determinación cualitativa y cuantitativa.
  • Se asocia a un límite temporal concreto, y el pronóstico de un cuadro clínico en un momento determinado debe ser revisado de forma continua, pues, al igual que la salud, transcurre de forma dinámica .
  • No suele ser fácil determinar el pronóstico y siempre se requiere realizar una apreciación cuidadosa de los demás factores (individuo, medios terapéuticos al alcance, etc.) que pueden afectar el curso esperado de la enfermedad.

Los factores pronósticos serán los que sirven para predecir cuál será la evolución de una enfermedad ya conocida, de la que se poseen abundantes datos estadísticos que lo permiten, de forma similar a los que se adquirirían a partir de una experiencia clínica personal dilatada en el diagnóstico y tratamiento de dicha enfermedad.

Se puede intervenir sobre ellos modificándolos de forma positiva mediante la prevención secundaria (por ejemplo, mediante sistemas de screening que detecten la enfermedad en fases subclínicas) y la prevención terciaria (mediante sistemas de rehabilitación tempranos y eficaces).

Estos factores pronósticos se diferencian así de los factores de riesgo, sobre los cuales podemos actuar desde las medidas de prevención primaria (por ejemplo, la vacunación sistemática de los individuos de riesgo de hepatitis). No obstante, algunos factores de riesgo pueden ser de forma simultánea factores pronósticos que contribuyen a modificar el curso natural de la enfermedad.

Se denominan factores pronósticos aquellos datos capaces de suministrar información sobre la evolución que puede experimentar un enfermo en particular.

La prevención secundaria en medicina, consiste en detectar y aplicar tratamiento a las enfermedades en estados muy tempranos. ​ La intervención tiene lugar al principio de la enfermedad, siendo su objetivo principal el impedir o retrasar el desarrollo de la misma

La prevención terciaria se realiza cuando ya se ha instaurado la enfermedad, y se intenta evitar que empeore y que se produzcan complicaciones.​ La intervención tiene lugar en plena enfermedad, siendo su objetivo principal eliminar o reducir las consecuencias del desarrollo de la misma.

Según la epidemiología un factor de riesgo es toda circunstancia o situación que aumenta las probabilidades de una persona de contraer una enfermedad o cualquier otro problema de salud.

La prevención primaria, en medicina, se aplica eliminando los factores que puedan causar lesiones, antes de que sean efectivos.​ La intervención tiene lugar antes de que se produzca la enfermedad, siendo su objetivo principal el impedir o retrasar la aparición de la misma

Para pensar

El tabaquismo es un factor de riesgo para la aparición de las enfermedades respiratorias, es decir, un fumador tiene más probabilidades que un no fumador de tener, por ejemplo, una bronquitis crónica. Pero actúa a su vez como factor pronóstico de signo negativo si un paciente con sintomatología respiratoria es fumador, ya que su mal hábito dificultará y retardará su mejoría pese a haber instaurado los tratamientos correctos.

Sabiendo esto, podemos elegir fumar o no fumar, pero con la información adecuada es más fácil decidir.