2.1.- Justificación de una terminología específica.

Se ve a una persona formando palabras con un puzle de cubos.

Ortopantomografía, hiperglucemia, hemostasia, eutocia, artroscopia… ¿Resultan términos incomprensibles para ti? Probablemente lo sean todavía. Pero el objetivo de este capítulo quiere ser que aproximes, de forma fiable, el significado de las palabras que se usan de forma habitual en el ámbito sanitario.

Una de las quejas más frecuentes de los usuarios de la sanidad es que el personal "habla raro", y no se comprende lo que dicen.

A menudo tienen razón, y, por supuesto, eso no es excusa para que médicos, personal de enfermería, higienistas dentales, técnicos en diagnóstico por imagen o de laboratorio, etc. no se esfuercen en hacerse comprender por los pacientes cuando intentan explicar un proceso diagnóstico, en qué consisten las pruebas que se realizarán, qué problemas tendrán a consecuencia de su enfermedad, o cómo deben aplicar un determinado tratamiento.

Pero si el personal clínico utiliza vocablos específicos no es por capricho, ni por esnobismo.

La razón es fácil de comprender: necesitamos un lenguaje que utilice las palabras de la forma más específica posible, para que nada quede a la libre interpretación de los interlocutores. Se trata de alcanzar la máxima precisión en la descripción, localización, etc. de los problemas de salud.

  • La mayoría de la gente utiliza el término "pierna" para referirse a la extremidad inferior. Pero desde el punto de vista de la terminología específica, "pierna" se refiere a la zona de la extremidad inferior que va de la rodilla al tobillo. Ya hemos ganado en precisión, ¿no?
  • También es frecuente que la gente de la calle diga "Mi hermana tiene azúcar". Para el personal sanitario, esto no es suficiente: ¿Azúcar en la orina? ¿Azúcar en la sangre? ¿Azúcar en el café? ¿Azúcar en defecto? ¿Azúcar en exceso? ¿Qué tipo de azúcar?. Pero si indicamos "hiperglucemia", rápidamente interpretamos el término como un exceso de glucosa en sangre.

El lenguaje médico utiliza una serie de palabras que le son propias, y la mayor parte de ellas tienen su origen en palabras griegas o latinas. Recuerda que el griego y el latín fueron las lenguas madre de muchas de las lenguas actuales y que, aunque los orígenes de algunas lenguas sean anglosajones, la influencia de los vocablos grecolatinos fue enorme en la ampliación de vocabulario de las mismas. Además, fue en la época clásica en la que se produjo un impulso importante de las ciencias relacionadas con la salud, en un intento de comprender las bases fisiopatológicas de las enfermedades.

Todos los profesionales de la salud, incluyendo a los facultativos, el personal de enfermería, o el personal técnico, deben conocer la terminología específica, para poder interpretar adecuadamente cualquier indicación o comunicación técnica.

Y no hay mejor método para conocer el significado de los vocablos que estudiar los diferentes elementos que forman las palabras.

Verás como no resulta difícil conocer el significado de las palabras si conoces el significado de las partes básicas que las forman. Estos elementos básicos son las raíces, los prefijos y los sufijos.

Para saber más

En ocasiones, no basta con conocer el origen de las palabras de la terminología específica para comprenderlas. En muchos casos, los profesionales sanitarios necesitaremos ir a buscar los términos en glosarios o diccionarios. Hay múltiples recursos en Internet con recopilaciones de términos médicos. Lo importante es que utilices alguno de referencia que sepas manejar de forma fácil. ¿Quieres algún enlace a un diccionario médico de ejemplo? Te proponemos tres: una web con definiciones médicas, otra de Medciclopedia que permite conocer también los vocablos en inglés y que enlaza documentos de ampliación y un diccionario del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Alicante:

Diccionario médico.

Medciclopedia.

COEA