Las enfermedades víricas se caracterizan por su alta incidencia y, en general, por su facilidad de contagio. Sin olvidarnos de la COVID 19 tenemos :
- Gripe: puede ser de tipo A, B o C. Si bien suele tener un curso benigno en individuos sanos, en el caso de ancianos o pacientes comprometidos puede ser fuente de complicaciones severas. Cursa de forma epidémica, anual, cambiando de variedad antigénica, por lo que la población no está inmunizada y es fácilmente infectable. Ocasionalmente, cada 6 o 7 años, se produce una pandemia, con mayor incidencia y virulencia.
- Viriasis propias de la infancia: un conjunto muy variado de enfermedades, entre los que se hallan el sarampión, la rubéola, la parotiditis, la varicela, el exantema súbito, el síndrome pie-mano-boca, etc.
En todas estas enfermedades, el mecanismo de transmisión principal es el aerosol formado por las gotitas respiratorias de Pflügge a las que hacíamos mención en capítulos anteriores. Suelen inducir inmunidad permanente, por lo que no se pueden pasar en más de una ocasión. También suelen ser autolimitadas, es decir, que un organismo sano cura espontáneamente sin requerir tratamientos diferentes de los simplemente sintomáticos (aunque en ocasiones pueden producir complicaciones).
- Rotavirus, enterovirus y virus respiratorio sincitial: causan la mayor parte de las infecciones víricas de los tractos respiratorio y digestivo. La poliomielitis es una infección causada por un enterovirus, también conocida como parálisis infantil.
- Herpes: En realidad, no es un solo tipo de virus, sino varios diferentes: El herpes simple I produce vesículas en la zona labial y perioral. El herpes simple II forma parte de las enfermedades de transmisión sexual, ya que las vesículas aparecen en la zona genital. Por último, el virus del herpes zóster es el mismo virus que el de la varicela. Cuando un individuo ha pasado esta enfermedad que antes hemos calificado de infantil, los virus quedan acantonados en los trayectos de los nervios periféricos.
- Clínicamente, se manifiestan cuando la inmunidad del sujeto está comprometida, aunque pueda ser de forma leve, y provocan la aparición de las vesículas en el trayecto de uno o varios de esos nervios.
- Verrugas: producidas por el virus del papiloma humano (HPV) Suelen aparecer como zonas de aumento de la capa córnea cutánea de forma redondeada, localizadas en manos, dedos, rodillas. Existe un caso especial, doloroso, que es la verruga plantar, que crece hacia el interior, y suele precisar tratamiento médico o podológico. Este mismo virus puede causar una lesión genital, el condiloma, que está relacionada con el cáncer genital (en el cérvix uterino).
- Mononucleosis infecciosa: producida por el virus de Epstein-Barr. Se manifiesta como el aumento de tamaño de los ganglios linfáticos, así como del hígado y el bazo. Aunque se autolimita, es necesario vigilar la evolución y mantener reposo de unos meses.
- Citomegalovirus: pertenece a la familia de los herpesvirus. Está muy extendido. En su forma más severa produce fiebre elevada junto con sintomatología combinada similar a la hepatitis y la mononucleosis.
De los virus del SIDA y de la hepatitis vírica hablaremos con detalle en un capítulo posterior.
Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.