Veamos el proceso que se sigue desde el punto de vista celular:
- Infiltración celular:
A diferencia de lo que acontece en la inflamación aguda, en este caso las células que intervienen son, especialmente, los elementos mononucleares, es decir, los macrófagos (por transformación de los monocitos), los linfocitos y las células plasmáticas (por activación de los linfocitos B).
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Los macrófagos son las células predominantes y tienen una larga vida media (¡incluso de años!). Según el tejido donde residen pueden recibir diferentes nombres más específicos. Se activan por contacto de sus receptores con el agente agresor y por la acción del interferón (una citoquina segregada por los linfocitos T).
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Los linfocitos serán los encargados de fabricar anticuerpos específicos contra los antígenos agresores o atacarlos directamente. Son atraídos a la zona afectada por los macrófagos, pero, a su vez, reactivan a estos por la secreción de las citoquinas antes mencionadas.
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Las células plasmáticas resultan de la activación de los linfocitos B, para la formación de grandes cantidades de anticuerpos contra los antígenos externos o internos (como en el caso de las enfermedades autoinmunes, en las que componentes celulares propios son reconocidos como extraños y por lo tanto marcados para ser destruidos).
- Destrucción tisular:
La acción citotóxica de las células antes mencionadas es severa y se prolonga en el tiempo, pese a que desaparezca el agente agresor. Los macrófagos activados segregan productos que pueden ser tóxicos para el elemento a destruir, pero también para los tejidos propios. Entre estos están:
- Especies reactivas del oxígeno y del nitrógeno.
- Citoquinas.
- Proteasas.
- Derivados del ácido araquidónico: Las prostaglandinas serán capaces de producir los fenómenos dolorosos, la fiebre y el edema. Los leucotrienos actuarán como factores quimiotácticos para atraer más células defensivas.
- Factores de crecimiento tisular.
También ejercen un efecto activador de sustancias plasmáticas como los factores de coagulación (especialmente el XII), la proteína C reactiva o elementos del sistema del complemento (C3a y C5a , especialmente).
- Intentos de reparación tisular: Los factores de crecimiento segregados por los macrófagos favorecen también la proliferación de nuevos vasos sanguíneos y linfáticos (angiogénesis), así como la neoformación de fibras colágenas que reorganizarán el tejido conjuntivo que ha sido destruido, aunque con exceso, lo que provocará fibrosis, que es uno de los signos histológicos más propios de la inflamación crónica.
Las células plasmáticas también denominadas plasmocitos pertenecen al sistema inmunitario y su papel consiste en la secreción de grandes cantidades de anticuerpos. Se diferencian a partir de los linfocitos B gracias a la estimulación de los linfocitos T CD4+.
Proteína de bajo peso molecular producida por células de los animales vertebrados, que, al entrar en contacto con un virus, actúa impidiendo la entrada y la proliferación de cualquier otro virus.