Dependiendo del mecanismo fisiopatogénico implicado en la respuesta inmune, existen dos tipos de inmunidad, aunque a menudo se activan los dos tipos de forma simultánea ante la agresión.
Veamos ahora cómo se activan estas respuestas
INMUNIDAD INESPECÍFICA:
Como hemos dicho anteriormente, se trata de la que produce un conjunto de fenómenos con la particularidad de actuar siempre de la misma forma, independientemente de cuál sea el agente agresor.
A partir de la entrada de un organismo o sustancia extraña, los neutrófilos serán los primeros encargados de fagocitar estos elementos.
La activación concomitante de las reacciones en cadena del sistema del complemento producirá a su vez la participación en el ataque por parte de los eosinófilos y los basófilos, que liberarán histamina, prostaglandinas y otras sustancias, a su vez quimiotácticos que atraerán a nuevos neutrófilos y estimularán la conversión de los monocitos en macrófagos, intensificando la fagocitosis. Es el proceso de la inflamación, ¿recuerdas?
También de forma inespecífica actúan los linfocitos NK (natural-killer), fagocitando a las células que hayan sido infectadas por virus, por estímulo del interferón.
INMUNIDAD ESPECÍFICA:
Esta es la que desarrolla una serie de mecanismos defensivos de forma concreta y particular de acuerdo al agente nocivo. Esta inmunidad no es innata, sino que se desarrolla a lo largo de la vida (aunque la capacidad de desarrollarla sí que es innata). Requiere un tiempo antes de la respuesta, no siendo tan inmediata como la forma inespecífica.
La inmunidad específica puede ser:
RESPUESTA CELULAR: Es propia de los linfocitos T. Actúa contra virus, hongos y algunas bacterias, células cancerosas y en el rechazo a los transplantes.
- Inicialmente los macrófagos han fagocitado parte de la noxa, ¿recuerdas? Fragmentos de este elemento nocivo pasan a la membrana del macrófago, que actuará de "presentador del antígeno" al resto de células inmunitarias. Esta función también la pueden realizar los linfocitos B.
- Los linfocitos T reconocen, mediante receptores de membrana, a esos fragmentos antigénicos y, o bien destruyen directamente a las células infectadas o afectadas por acción de los linfocitos T citotóxicos o killer, o inducen la producción de linfoquinas (similares a las citoquinas que veíamos en la respuesta inflamatoria) por acción de los linfocitos T colaboradores o helper, que estimularán a nuevos macrófagos a reiniciar el proceso.
RESPUESTA HUMORAL: Es la que producirán los anticuerpos. Son unas moléculas proteicas globulares con una estructura compleja en forma de Y, sintetizadas a partir de la unión de los receptores de membrana de los linfocitos B a los antígenos que le son presentados por los macrófagos u otros linfocitos B. Estos quedan activados y convertidos en células plasmáticas, que serán las productoras de los anticuerpos, siempre de forma específica a la noxa.
- El anticuerpo trabaja de diferentes formas: facilita la aglutinación y precipitación de la noxa "marcada", induce la quimiotaxis para la defensa celular, etc.
- Los anticuerpos específicos defensivos son gammaglobulinas y reconocemos diferentes tipos:
- Inmunoglobulinas A: presentes en las secreciones y las mucosas.
- Inmunoglobulinas G: indican infección crónica o antigua.
- Inmunoglobulinas M: indican infección reciente.
- Inmunoglobulinas E: son antiparásitos y también se producen ante los alérgenos.
En un segundo nivel de respuesta, este estímulo origina clones de linfocitos B específicos que quedarán como células de memoria, capaces de reconocer al antígeno en el caso de un nuevo ataque, ahora sí, de forma inmediata y sin demora.
- Por este motivo, algunas infecciones sólo pueden infectar al individuo en una ocasión, como en el caso de la varicela o el sarampión.
Las células presentadoras del antígeno también serán capaces de estimular a los linfocitos T supresores, que actúan en un segundo tiempo, como frenadores de la producción de anticuerpos específicos, regulando la intensidad y la duración de la respuesta inmunitaria.