Las neoplasias son, histológicamente, proliferaciones celulares anómalas, que eluden los sistemas de control y regulación de crecimiento fisiológicos y, por lo tanto, pueden llegar a producir ocupación de espacio, es decir, tumoraciones.
- Es el momento de mencionar que, dadas las especiales características histológicas de la sangre que ya revisamos en la primera Unidad de Trabajo de este mismo módulo, las neoplasias que afectan a las células sanguíneas no son capaces de provocar tumoración, por razones obvias, ya que las células que han crecido anormalmente son células circulantes por el plasma. Esta es la razón de que las leucemias no formen parte de las enfermedades tumorales en el concepto estricto, aunque sí de las cancerosas.
Por lo tanto, la mayor parte de las neoplasias serán capaces de formar masas de tejido, con células que han proliferado de forma anormal y excesiva, que persisten (incluso continúan creciendo casi siempre) después de desaparecido el estímulo que las ha provocado.
- Si recuerdas la unidad de trabajo anterior, la inflamación también causaba la aparición de tumoraciones, pero el edema que las originaba desaparecía normalmente si desparecía el motivo de la inflamación, en el caso de la resolución completa. Si la inflamación se cronificaba, la tumoración resultante correspondía mayoritariamente a tejido fibroso y cicatricial.
Las células que aparecen en una neoplasia suelen derivar todas de una primera célula que ha presentado una alteración genética puntual ( mutación) que ha alterado su velocidad de crecimiento.
- En ocasiones, la neoplasia no se desencadena hasta que no han acontecido varias de estas mutaciones de forma sucesiva.
- A partir de una de ellas, el sistema de vigilancia del organismo pierde la capacidad de frenar la replicación y aparecen poblaciones clónicas de células neoplásicas, de la misma estirpe celular.
La leucemia es una enfermedad de la sangre en la que la médula ósea produce glóbulos blancos anómalos, denominados células blásticas leucémicas o células de leucemia. Estas células se dividen reproduciéndose a sí mismas, lo que genera una proliferación neoplásica de células alteradas que no mueren cuando envejecen o se dañan, por lo que se acumulan y van desplazando a las células normales. Esta disminución de células sanas puede ocasionar dificultades en el transporte del oxígeno a los tejidos, en la curación de las infecciones o en el control de las hemorragias. Por tratarse de una proliferación de células inmaduras y anómalas en la sangre, la leucemia se considera un cáncer de la sangre.
Cualquier cambio en la secuencia del ADN de una célula. Las mutaciones a veces aparecen por errores durante la división celular o por la exposición a sustancias del ambiente que dañan el ADN. Las mutaciones pueden tener un efecto perjudicial, un efecto favorable o ningún efecto. Las mutaciones que están en las células que dan origen a los óvulos o los espermatozoides se heredan; las mutaciones que están en otros tipos de células no se heredan. Ciertas mutaciones producen cáncer u otras enfermedades. Las mutaciones a veces se llaman variantes.