Los avances científicos en el campo de la investigación de los mecanismos inmunológicos plantearon pronto la posibilidad de que inmunología y cáncer pudieran presentar algún tipo de conexión.
¿Qué hacía que los investigadores sospecharan tal cosa?
- La aparición de neoplasias es más frecuente en la vejez, pero también en la infancia, ambas etapas de la vida relacionadas con una cierta incompetencia, fatiga o inmadurez de los sistemas de defensa.
- Los individuos afectados por inmunodeficiencias tienen más facilidad a la aparición de alteraciones neoplásicas (¿Recuerdas el sarcoma de Kaposi en los enfermos de SIDA?).
- Cuando se analizan muestras tumorales al microscopio, a menudo se observa la presencia de linfocitos T en la periferia del tumor, que hacen pensar en las reacciones inmunológicas de tipo celular que estudiaste en la unidad de trabajo anterior.
- En ocasiones, lamentablemente muy escasas, se produce la regresión espontánea "milagrosa" de tumoraciones (no muy esperanzador, ya que sólo acontece en 10 de cada millón de afectados).
A partir de aquí se empezaron a formular hipótesis de trabajo sobre los mecanismos inmunológicos implicados en el control del cáncer y finalmente surgió la teoría de la vigilancia inmunológica.
Para entender este mecanismo, del que ya hemos hablado anteriormente, debes saber que las células cancerosas tienen una configuración antigénica de superficie, que hace que sean detectadas como anómalas por los sistemas defensivos del individuo afectado.
- Se pueden producir inmunoglobulinas defensivas, así como propiciar el ataque celular por parte de los linfocitos T.
Esta teoría defiende también que en nuestro cuerpo se están produciendo continuamente mutaciones oncogénicas espontáneas o alteraciones inducidas por agentes cancerígenos, pero que son controladas por el sistema inmunitario, siempre que este sea competente.
- Sólo cuando este bastión defensivo sea superado por el crecimiento de la neoplasia aparecerá el crecimiento tumoral.
En muchas ocasiones, no es sólo cuestión de número de mitosis en las células neoplásicas. El cáncer puede adoptar mecanismos de alteración de la inmunovigilancia mucho más sibilinos.
- Los agentes carcinogénicos (químicos o virales) pueden intervenir anulando o disminuyendo las respuestas inmunitarias, en especial la que nos defiende del cáncer. Este es el mecanismo que utiliza el virus HIV.
- Los tratamientos inmunosupresores administrados por otras causas patológicas desencadenan los mismos mecanismos productores de tumores.
- El propio tumor interfiere en los mecanismos de defensa, como es el caso de la afectación de los glóbulos blancos por las leucemias, o de las poblaciones celulares linfáticas por el linfoma.
- Si el feto ha estado en contacto con un virus oncogénico en el seno materno, puede haber desarrollado una especie de "tolerancia inmunológica" a las alteraciones celulares de superficie que produce el virus en las células a las que infecta.
- En este caso, cuando el individuo desarrolle células cancerígenas con relación antigénica con el virus, sus sistemas inmunológicos no responden de la manera adecuada, y el cáncer se salta los sistemas de vigilancia inmunológica.
Como puedes imaginar, este campo de investigación abre vías científicas muy esperanzadoras para un futuro control de la enfermedad neoplásica, orientada al desarrollo de mecanismos estimuladores de la respuesta inmunológica anticancerosa o de vigilancia, o a la eliminación de los factores oncogénicos que impiden que esta actúe en condiciones óptimas.