¿Recuerdas lo que estudiaste en la unidad formativa de Introducción a la Fisiopatología referente a los niveles de prevención? Hablar de prevención primaria del cáncer supone hablar de la reducción de los nuevos casos de la enfermedad, mediante la adopción de hábitos de vida saludables y el abandono o la corrección de los factores de riesgo predisponentes, si es que son susceptibles de ser modificados.
El primer paso será conocer al "enemigo", es decir, cuáles son estos factores predisponentes. Y sabemos que el riesgo y sus factores están directamente relacionados con el tipo y la localización de la neoplasia.
Los factores de riesgo no siempre son modificables. Es el caso del sexo, la edad, la raza, etc. Pero sí que podemos incidir sobre otros para disminuir la aparición de nuevos casos de cáncer:
Estudio de los individuos que presentan riesgo genético.
El individuo que presenta, entre sus antecedentes familiares, varios afectados de un cáncer como el melanoma, tiene mayor riesgo de presentar el mismo tipo de tumor que la población general. Por este motivo, la vigilancia y la extirpación de lesiones névicas dudosas o limítrofes puede conducir a disminuir este riesgo. Lo mismo sucede con otros cánceres: el de colon puede relacionarse con la poliposis familiar.
Corrección de hábitos nocivos.
Imprescindible que hablemos una vez más en este apartado del tabaquismo. Como ya hemos comentado, este hábito se asocia a la aparición de cáncer, no sólo pulmonar, del que es el principal factor de riesgo, sino también neoplasias vesicales urinarias, de labio y boca, la faringe, la laringe, etc. Por lo tanto, la reducción del número de fumadores, activos y pasivos, tendría que ser un objetivo prioritario en las políticas sanitarias.
La ingesta habitual de alcohol favorece la aparición, además del cáncer hepático, (y curiosamente, si está caliente, como en el carajillo, el "rom cremat", la "queimada", etc.) de las neoplasias malignas esofágicas.
Y ¿Qué decir de la exposición a los rayos solares? Todos conocemos ya que las radiaciones ultravioletas son capaces de provocar alteraciones de tipo mutacional en las células de la piel, provocando todo tipo de tumores cutáneos, algunos especialmente agresivos. La adopción de hábitos como la utilización de protección solar, evitar las horas en las que la radiación solar es más intensa, etc., previene la aparición de estos cánceres.
Adopción de hábitos saludables.
Es el momento de hablar de la importancia de la dieta equilibrada, una vez más, también para la prevención de la enfermedad cancerosa. Dedicaremos un espacio en la última unidad formativa para hablar de la dieta, pero cuando relacionamos alimentación y cáncer, la ingesta de las cantidades adecuadas de fibra dietética se conoce desde tiempo como un factor protector ante las neoplasias. Esto no sólo afecta al cáncer de colon o en general del tubo digestivo. También se han relacionado las dietas pobres en fibra con una mayor incidencia, por ejemplo, del cáncer de mama.
El sedentarismo también se ha asociado con un mayor riesgo de cáncer, especialmente de colon y mama, hechos conocidos desde las primeras décadas del siglo XX.
Mantenimiento de políticas adecuadas de salud pública.
No es responsabilidad directa de los individuos, pero sí de sus gobernantes. Pero las medidas en salud pública pueden ser extremadamente importantes para el control del riesgo neoplásico.
Un nevus o nevo (del latín naevus, lunar) es una proliferación de distintos tipos de células en la piel. Así, puede haber nevus sebáceos, apocrinos (de las glándulas apocrinas de la piel), etc. Los más característicos son los nevus melanocíticos, que son proliferaciones de células pigmentadas llamadas "células névicas".
La poliposis adenomatosa familiar (PAF) es una enfermedad hereditaria infrecuente que se incluye entre los síndromes de poliposis intestinal,12 caracterizada por la aparición de gran número (más de 100 en la forma clásica) de pólipos del tipo adenomatoso (tumores benignos) en el colon y recto a partir de los 20 o 30 años. Dichos pólipos tienen una gran probabilidad de malignizarse a partir de los 30 años y transformarse en cáncer de colon.