En la actualidad nos hallamos en una fase de consolidación de los tratamientos ideados desde los últimos 30 años. Es evidente que los hallazgos científicos son cada vez más destacados, para comprender el origen de las neoplasias, su relación con las bases inmunológicas y genéticas, pero todavía falta un pasito para su aplicabilidad de forma general. También el desarrollo de los citostáticos ha resultado determinante como impulso.

Lo que sí que ha avanzado de forma espectacular en los últimos años son los criterios de inclusión e indicación de los posibles instrumentos terapéuticos. Podríamos decir que lo que ha mejorado es la precisión en la elección del método de tratamiento respecto al tipo de cáncer o su extensión.

Pero, en general, ¿Cuáles son los medios terapéuticos de los que disponemos en la lucha contra el cáncer?

Cirugía.

Es más que evidente: si en algún lugar del cuerpo hay un grupo de células desenfrenadas, en multiplicación continua, formando una tumoración ¡echémoslas fuera!

• La exéresis quirúrgica del tumor sigue siendo el método muchas veces imprescindible para el primer control tumoral.
• Además, sirve como método diagnóstico de seguridad y también como método pronóstico. ¿Cómo? Es sencillo de entender: en ocasiones, se extirpa la masa tumoral sin conocer aún su grado de malignidad. Los exámenes anatomopatológicos intraoperatorios permiten conocer su benignidad/malignidad, su estirpe, su extensión y grado de infiltración. Además, permite también la valoración de los ganglios linfáticos próximos para poder realizar su estadificación exacta. De forma posterior a la cirugía, esta estadificación nos va a orientar hacia la necesidad de tratamientos más complejos, tratamientos paliativos, etc.

Radioterapia.

Se trata de una terapia que actúa localmente sobre el tumor, a través del bloqueo del ciclo celular de las células en mitosis mediante las radiaciones ionizantes. 

• Puede realizarse a corta distancia, generalmente con la inclusión de elementos radioactivos en la proximidad del tumor (se utiliza, por ejemplo, en algunos cánceres ginecológicos), y a distancia más larga, mediante dispositivos externos al cuerpo, como la bomba de cobalto o el acelerador lineal de electrones.

A menudo es complementaria a los otros tipos de tratamiento, pero, en ocasiones, puede establecerse como tratamiento primero y principal (cáncer precoz de próstata).

Quimioterapia.

El tratamiento anticanceroso mediante fármacos utiliza básicamente los denominados citostáticos. Existen más de 100 antineoplásicos que se utilizan generalmente de forma combinada. Muchos son compuestos químicos de síntesis, pero otros son de naturaleza hormonal (los antiestrogénicos son muy efectivos en el tratamiento de ciertas formas de neoplasia mamaria), antibiótica, etc.

• Pese al gran trastorno que provocan en el organismo del individuo que se trata mediante estos fármacos, con múltiples y desagradables efectos secundarios, la quimioterapia supone uno de los pilares en los que se fundamenta la terapéutica anticancerosa. Algunos tumores son especialmente sensibles al tratamiento antineoplásico, que resulta de primera elección (por ejemplo, no olvides que en cánceres como la leucemia, no disponemos por lógica de la exéresis quirúrgica como instrumento terapéutico inicial).