Existen factores, ya sean naturales o artificiales, que pueden provocar la aparición de mutaciones malignas en los individuos expuestos a ellos. Por su importancia epidemiológica y por la posibilidad de modificar esta exposición de la que disponemos, adquieren mucha relevancia para evitarlos de forma preventiva.
Los más conocidos son:
- Los agente químicos.
Innumerable la lista de los químicos carcinogénicos. Comprobados experimentalmente se conocen más de mil. Los más importantes son:
- Contaminantes ambientales: los humos o los vertidos de la industria pueden ser ricos en metales pesados, que pueden favorecer la aparición de ciertos cánceres. Sin duda la contaminación ambiental va a ser uno de los principales factores productores de neoplasias malignas. También los productos de combustiones incompletas, los residuos de asbesto de los frenos de los coches, los tóxicos de las lluvias sucias etc.
- Esto justifica que los ambientes urbanos sean potencialmente más malignos que los rurales. También debemos considerar que hay población laboral expuesta de forma crónica a tóxicos.
- Tabaco: el alquitrán es el gran agente precausal del cáncer, no sólo del de pulmón sino, como comentábamos anteriormente, de muchos otras localizaciones cancerosas.
El aumento de la población femenina fumadora en las últimas décadas presagia un aumento exponencial del número de cánceres de pulmón para este sexo en los próximos años, pese a las políticas que dificultan su consumo generalizado.
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No debemos olvidar que algunos individuos están expuestos a los agentes cancerígenos del tabaco como fumadores pasivos, especialmente los niños hijos de fumadores.
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- Tóxicos alimenticios: no podemos olvidar la presencia de los pesticidas, en especial de los organoclorados y las dioxinas, presentes en los productos vegetales y en los plásticos de embalaje. El uso de fármacos y hormonas de forma indiscriminada para el mantenimiento de las granjas de producción animal también puede provocar exposición a cancerígenos que, al igual que los anteriores, suele tener un efecto acumulativo perjudicial para la salud y favorecedor de la mutación celular.
También debemos recordar que el alcohol es un gran tóxico celular, que puede provocar cáncer en el hígado, la mama y el colon, así como en todo el tracto digestivo, especialmente en la boca y el esófago.
- Contaminantes ambientales: los humos o los vertidos de la industria pueden ser ricos en metales pesados, que pueden favorecer la aparición de ciertos cánceres. Sin duda la contaminación ambiental va a ser uno de los principales factores productores de neoplasias malignas. También los productos de combustiones incompletas, los residuos de asbesto de los frenos de los coches, los tóxicos de las lluvias sucias etc.
- Los agentes físicos
Entre ellos podemos destacar:
- Procesos irritativos locales: una irritación mecánica persistente (por ejemplo el roce de un piercing dental en la mucosa oral) o el aumento continuado de temperatura (el cigarrillo o el puro apoyado sobre el labio o la aparición de cáncer en las zonas de las quemaduras) o el efecto irritante de ciertas sustancias sobre las mucosas, como el alcohol caliente sobre la mucosa esofágica (en los carajillos, por ejemplo).
- Radiación ultravioleta: altamente conocido el factor de exposición solar y la aparición de cánceres cutáneos de todo tipo, pero destacando el melanoma, uno de los cánceres más agresivos.
Las personas expuestas crónicamente a la luz solar, como los agricultores o los marineros, si tienen un fototipo claro, tienen alta propensión a alteraciones precancerosas en el cuero cabelludo de los calvos, en el cuello, las orejas, etc.
Hoy en día, también se conoce que este efecto tóxico es acumulativo, por lo que tomar el sol sin precauciones y a destajo desde la más tierna infancia puede provocar un aumento de este tipo de neoplasias en el futuro, dada la moda por el bronceado que todavía rige. Recuerda que la piel "tiene memoria"
- Radiaciones ionizantes: tristemente de moda a raíz de los accidentes nucleares, primero en Chernobil y últimamente en Fukushima, que hacen prever que en un futuro próximo aumentarán los casos de leucemia, linfoma y cáncer de tiroides en las poblaciones cercanas a las fuentes de radiación, como así ocurrió a los supervivientes de las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki.
Pero no miremos tan lejos. Las técnicas radiológicas también pueden producir este tipo de radiaciones. Afortunadamente, las técnicas de aislamiento de los revestimientos de estas dependencias, así como el control rutinario de los niveles de radiación entre los trabajadores sanitarios en estas unidades, han reducido al máximo el riesgo. También se es más prudente y cuidadoso desde el punto de vista médico respecto a la realización de exploraciones complementarias excesivas. Antiguamente, muchos radiólogos o investigadores murieron a causa de cánceres producidos por este tipo de radiación. Ahora conocemos los riesgos y ponemos medidas de prevención.
- Los agentes biológicos:
Nos referiremos especialmente a los virus oncogénicos que pasamos a describir en el siguiente capítulo.
Un pesticida es cualquier sustancia o mezcla de sustancias dirigidas a destruir, prevenir, repeler, o mitigar alguna plaga. El término pesticida se puede utilizar para designar compuestos que sean herbicida, fungicida, insecticida, o algunas otras sustancias utilizadas para controlar plagas.
Los insecticidas organoclorados (hidrocarburos clorados), son compuestos químicos sintéticos de amplio espectro, cuya propiedad más destacada es su alta estabilidad química, muy solubles en grasas e insolubles en agua.
Las dioxinas se encuentran en el medio ambiente de todo el mundo y se acumulan en la cadena alimentaria, principalmente en el tejido adiposo de los animales. Más del 90% de la exposición humana se produce por medio de los alimentos, en particular los productos cárnicos y lácteos, pescados y mariscos.
. Es la capacidad de adaptación al sol que tiene cada persona desde que nace, es decir, el conjunto de características que determinan si una piel se broncea o no, y cómo y en qué grado lo hace.