2.7.- La diseminación tumoral.

A partir de la masa tumoral inicial, la neoplasia maligna puede infiltrar, invadir y destruir tejidos vecinos, pero también puede diseminarse al resto del organismo.

Existen unos mecanismos sucesivos por los que el tumor se extiende:

  1. Crecimiento local:

    Se producirá por el propio crecimiento del tumor y la infiltración a las células y tejidos vecinos, tal como comentábamos en capítulos anteriores. Recuerda que el crecimiento infiltrante es característico de malignidad.

  2. Progresión hasta las capas vasculares (arteriales y venosas):

    La neoplasia será capaz de crecer atravesando la pared vascular, hasta alcanzar la luz. Una vez dentro, el torrente sanguíneo impelerá a la masa de células tumorales hacia lugares más distales.

  3. Progresión hasta los vasos linfáticos:

    Del mismo modo, la neoplasia invadirá los capilares y venas linfáticos hacia su luz. La circulación linfática conducirá a las células cancerosas hacia los ganglios linfáticos, lugar donde la circulación se enlentece. Es por este motivo que, en muchas ocasiones, la presencia de adenopatías puede hacernos sospechar que un cáncer se está extendiendo.

  4. Diseminación a través de cavidades naturales:

    El peritoneo, los ventrículos cerebrales o la propia luz del tubo digestivo o las vías respiratorias o urinarias se convierten en espacios de fácil diseminación cancerosa.

  5. Aparición de focos tumorales alejados del foco inicial:

    Una vez se ha realizado el transporte de las células cancerosas por las vías antes mencionadas, éstas van a implantarse en terrenos alejados al foco inicial. Es en este momento en el que hablamos de metástasis.

La metástasis es la expansión a distancia de células neoplásicas malignas a otras zonas distantes del lugar de origen de la neoplasia.

  • Si analizamos las células neoplásicas halladas en una tumoración supuestamente metastásica, se parecen a las células de la neoplasia de origen, casi siempre. Recuerda que eso depende mucho del grado de diferenciación celular del cáncer primigenio.
  • En casi una de cada diez tumoraciones secundarias analizadas, no es posible hallar el cáncer que las ha originado (se les ha denominado cánceres de origen desconocido). En bastantes ocasiones, el hallazgo de focos metastáticos es la primera manifestación clínica del cáncer.
  • Sí que se sabe que los cánceres, de forma específica, presentan predilección por metastatizar en diferentes destinos. Por ejemplo, el cáncer de próstata metastatiza con mucha frecuencia en el hueso. El cáncer de mama se disemina preferentemente por vía linfática, apareciendo adenopatías axilares como primer signo de diseminación, antes de dirigirse al pulmón o a los huesos.

Y ¿Por qué unos cánceres tienen más facilidad para la metástasis que otros?

Las últimas teorías apuntan, como siempre, a la predisposición genética. Al parecer, existen unos genes que controlan la multiplicación celular y la migración en las células embrionarias, que permite la diferenciación celular y la formación de los diferentes tipos de tejidos. 

  • Estos genes quedan inactivados cuando esta función de migración celular ya no es requerida. A partir de experimentación con modelos animales, se ha observado que hay cánceres que reactivan estos genes, favoreciendo la migración y el crecimiento celular, y de ahí la diseminación metastásica. Interesante, ¿no? Si piensas un poco, podrás ver que se abre una nueva vía de investigación sobre la terapéutica en las lesiones metastásicas que, en muchas ocasiones, son las responsables de la muerte del individuo.