Generalmente en los dos primeros años de vida el niño empieza a tener contacto con la enfermedad y adquiere experiencia sobre los recursos terapéuticos. Estas experiencias le permiten conocer las técnicas diagnósticas, los procedimientos y el papel de los profesionales en el campo de la salud.

Como miembro del equipo de trabajo dental debes tener en cuenta una serie de factores para conocer el tipo de comportamiento que puede tener un niño ante un tratamiento odontológico: la edad, la conducta previa en situaciones similares, como por ejemplo, vacunaciones, visita al pediatra, y las experiencias previas en odontología.

Durante el trabajo odontológico el tiempo en el que el niño presta atención o se mantiene quieto es diferente según la edad y la experiencia previa. Es preferible que el odontopediatra planifique el tratamiento, empezando por trabajos sencillos y cortos y paulatinamente ir prolongando el tiempo de trabajo a medida que avance el tratamiento y el niño tenga más experiencias. Otro punto importante es que el niño puede tener problemas a la hora de describir ciertas sensaciones por ejemplo dolor, hormigueo en la anestesia troncular.Por lo tanto debemos proporcionarle un vocabulario sencillo para que nos pueda explicar estas sensaciones.

Los niños muy pequeños pueden tener dificultad con las habilidades de motricidad fina y el equipo de trabajo bucodental debe tenerlo en cuenta a la hora de pedir su colaboración para abrir la boca, realizar movimientos de la lengua, labios, etc.

En cuanto a la presencia de los padres en el gabinete dental, muchos profesionales se sienten incómodos con su presencia durante el tratamiento odontológico. En ocasiones el comportamiento de los padres interfiere en la relación fluida entre el odontopediatra y el niño, el cual presenta un comportamiento perturbador ante sus padres. En estos casos es conveniente invitar a los padres a que se queden en la sala de espera.

En general, la presencia de los padres es conveniente y útil en los niños menores de cuatro o cinco años, siempre y cuando el odontopediatra les asesore sobre lo que deben y lo que no deben hacer durante el procedimiento.

Todos los miembros del equipo bucodental deben:

• Tener la capacidad para tratar un niño durante sus visitas a la clínica dental.
• Establecer una relación dinámica y cambiante con el niño y sus padres, la comunicación debe ser recíproca.
• Comprender la conducta del niño y de sus padres.
• Ganarse la confianza del niño y de sus padres.
• Conocer las características psicosociales y las habilidades más frecuentes del niño.