1.7.- Actuaciones de apoyo psicológico y de atención al paciente discapacitado.

Dibujo de una niña con síndrome de Down.

En primer lugar vamos a centrarnos en lo que actualmente se considera discapacidad y en los tipos más frecuentes de discapacidad.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en 1980 el término discapacidad como una restricción o carencia, causada por una deficiencia, de la capacidad de realizar una actividad en la misma forma que la que se considera normal para un ser humano cualquiera. Posteriormente, englobó en la definición las deficiencias, limitaciones en la actividad o restricciones en la participación. Es decir, se tuvo en cuenta la discapacidad de una persona en referencia a su participación en el entorno profesional y social.

La OMS define el término discapacidad psíquica como aquella persona con una capacidad intelectual significativamente inferior a la media, que se manifiesta en el curso del desarrollo y se asocia a una clara alteración de los comportamientos adaptativos (maduración, aprendizaje o ajuste social). Ejemplos: Síndrome de Down, otros síndromes que se asocian a retraso mental, parálisis cerebral con retraso mental, etc. En la imagen se aprecia un dibujo de una niña con el síndrome de Down.

La discapacidad física la presentan personas con una alteración en su aparato locomotor, que provoca una alteración del funcionamiento en el sistema ósteo-articular, muscular y/o nervioso; y que en grados variables limita algunas actividades que pueden realizar el resto de las personas. Ejemplos de patologías que se acompañan de discapacidad física: Parálisis cerebral (puede ir acompañada o no de discapacidad psíquica), distrofias musculares, espina bífida, etc.

Los pacientes discapacitados psíquicos o físicos presentan alteraciones que interfieren con sus actividades diarias. La dificultad que tenemos como profesionales para tratar a estos pacientes es debida a que en muchas ocasiones debemos controlar las variaciones físicas y/o emocionales y manejar su comportamiento.

Es necesario tener una buena comunicación y relación con el paciente para que éste coopere durante todo el proceso del tratamiento odontológico.

El profesional odontólogo y su equipo de trabajo dental tienen que ser capaces de manejar la conducta del paciente. El tratamiento odontológico de pacientes discapacitados psíquicos o físicos debe realizarse mediante la utilización de procedimientos que permitan al paciente controlar sus movimientos voluntarios o involuntarios y eliminar la ansiedad y el miedo al tratamiento dental para que el paciente coopere durante todo el tiempo que dure el procedimiento dental.

El paciente con discapacidad auditiva presenta una privación parcial o total de la capacidad de escuchar sonidos. Existen distintos grados de discapacidad auditiva que va desde la hipoacusia a la anacusia, que es la forma más grave de sordera. Cuando tengas que relacionarte con un paciente con discapacidad auditiva debes tener en cuenta las consideraciones siguientes: evitar retrasos en el inicio del tratamiento odontológico, programar procedimientos odontológicos cortos, permitir que en el gabinete entre el acompañante para que nos pueda ayudar en la comunicación, quitarte la mascarilla mientras hablas con él, potenciar la comunicación no verbal, explicarle lo que se le va a hacer y enseñarle el instrumental que se utilizará. A ser posible deberíamos conocer el lenguaje de signos de forma básica.

El paciente con discapacidad visual presenta una privación parcial o total del sentido de la vista. Por lo tanto, puede ser una persona con disminución visual (por disminución de la agudeza visual o por disminución del campo visual) o una persona ciega. Cuando tengas que relacionarte con un paciente con discapacidad visual debes tener en cuenta las consideraciones siguientes: tratar al paciente de forma metódica y ordenada evitando movimientos bruscos, es importante el contacto físico por ejemplo cogerle la mano cuando lo ayudemos a sentarse en el sillón, potenciar el sentido del tacto y audición, por ejemplo dejar que toque o que oiga los instrumentos que utilizamos, dejar que huela los productos que tengan un olor fuerte, etc.

Incapacidad total para percibir sonidos