Hoy día, concebimos la odontología como una ciencia de la salud, un eslabón importante en el ámbito de bienestar biopsicosocial de los individuos, ya que las evidencias muestran una marcada relación del estado de salud bucal con la salud integral, y que repercute en la calidad de vida de la población.
La Odontología Comunitaria es la ciencia de prevenir la enfermedad oral, promover la salud oral y mejorar la calidad de vida a través de los esfuerzos organizados de la comunidad. Supone la prestación de servicios preventivos y asistenciales a todas las personas, sanas o enfermas de una comunidad. Aunque la Odontología comunitaria está dirigida a la población en general, se hace énfasis en los grupos vulnerables como son: menores de 15 años, embarazadas, personas con enfermedades crónicas-degenerativas, adultos mayores y personas con discapacidad o capacidades diferentes. Existen diferencias claras entre el enfoque de la odontología individual y la odontología comunitaria:
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Odontología individual
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Odontología comunitaria
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Paciente
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Individuo
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Comunidad
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Recogida de información
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Examen o exploración del paciente
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Encuesta epidemiológica de la población
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Resultado de la exploración
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Diagnóstico
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Análisis de la situación
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Actuación sanitaria
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Plan de tratamiento
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Programa de actuaciones sanitarias
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Finalización de la actuación
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Evaluación
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Evaluación
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La odontología comunitaria está muy relacionada con la Odontología Preventiva que se define, en un sentido amplio, como la suma total de esfuerzos para promover, mantener y/o restaurar la salud del individuo a través de la promoción, el mantenimiento y/o la restitución de su salud bucal.
En sentido más estricto es aquella parte de la Odontología que trata de los diferentes métodos para prevenir las enfermedades orales. Incluye la investigación de los factores ambientales, sociales, conductas que pueden llevar a la enfermedad y el estímulo o promoción de las conductas saludables.
La salud oral es parte de la salud global. Una persona no puede considerarse completamente sana si existe en él una patología oral activa. No afecta solo a los dientes sino a todo el complejo craneofacial. Incluye: dientes, encías, tejidos de soporte, paladar duro y blando, glándulas salivales, músculos de la masticación, maxilar superior y mandíbula y todas las ramas nerviosas y vasculares e inmunitarias que nutren y protegen a los tejidos y las comunican con el cerebro y resto de tejidos del organismo.
La salud oral debe incluirse dentro del diseño de programas comunitarios y en la planificación de sistemas sanitarios para la comunidad. Necesita una sistemática de prevención y asistencia institucionalmente planificada ya que afecta a grandes masas de población y requiere recursos especializados.
En uno de los últimos informes sobre salud oral en EEUU, el Secretario de Salud cita una serie de conclusiones sobre patología oral que deben ser tomados como punto de partida para una correcta actuación en salud pública:
- Las enfermedades y desórdenes orales afectan a la salud y al bienestar durante toda la vida.
- Existen medidas preventivas seguras y efectivas para las enfermedades dentales frecuentes (caries dental y enfermedad periodontal).
- Los hábitos inadecuados que afectan a la salud general como el tabaquismo, la ingesta excesiva de alcohol y los hábitos alimentarios incorrectos afectan a la salud oral y craneofacial.
- La patología oral está asociada con otras patologías sistémicas.
- La investigación científica es la clave para una mayor reducción del global de enfermedades y desórdenes que afectan a cara boca y dientes.
El mismo informe dice que todos los ciudadanos pueden beneficiarse de un Plan Nacional de Salud Oral para mejorar su calidad de vida sacando el máximo partido a las iniciativas existentes. Asimismo, la población juega su papel en la mejora y promoción de la salud oral de forma que se ha de trabajar con la colectividad para una mejor comprensión pública de la importancia de la salud oral y de su papel en el conjunto de la salud general y del bienestar, asegurando que las medidas de prevención existentes y futuras, así como el diagnóstico y las medidas terapéuticas de las enfermedades orales estén a disposición de todos los ciudadanos.
Un autor llamado Chaves en 1962 indicó que en la odontología comunitaria pueden establecerse cinco niveles:
- Primer nivel: Actuación gubernamental amplia, con programas que mejoren el nivel de vida de la población. Ej: mejora de la nutrición en áreas pobres y superpobladas.
- Segundo nivel: acción gubernamental restringida. Ej.: la fluoración de las aguas.
- Tercer nivel: paciente-profesional. El profesional es un titulado universitario superior. Requiere una voluntad por parte del paciente que solicita los servicios del profesional. Está en relación con factores educativos y culturales.
- Cuarto nivel: Paciente técnico o auxiliar. Es una simplificación del anterior. Con métodos aplicados por el personal de titulación inferior, supervisados por el odontólogo, se amplía la posibilidad de aplicarlos a gran escala y se abaratan constes.
- Quinto nivel: Actuación individual. Exige una educación sanitaria exhaustiva que permita que las personas modifiquen sus hábitos.
Diversos estudios han mostrado que los programas de salud dental basados en el modelo clásico de educación para la salud o modelo médico no se traducen en cambios duraderos de los hábitos higiénicos de los pacientes. Existen otros factores que determinan el comportamiento y deben ser tenidos en cuenta:
- Factores socio-económicos.
- Influencia de las personas significativas en la vida del sujeto.
- Influencias socio-culturales, publicidad.
- Influencias políticas y ambientales que rodean al individuo.
La información al público y la educación sanitaria dental pueden ser efectivas, siempre que se adopten conjuntamente medidas socio-económicas que promocionen la salud bucodental, que permitan al individuo adquirir un estilo de vida más saludable.