Una vez analizados todos los componentes presentes en el proceso de comunicación en general y en particular en el ámbito sanitario, éstos son los principales criterios que debe cumplir todo proceso de asesoramiento:
- Transparencia y especificidad: ser específico, concreto, preciso, la información ofrecida en el asesoramiento debe estar a disposición de las personas, huyendo de los tecnicismos. Evitar las generalizaciones. Los términos "siempre" y "nunca" raras veces son ciertos y tienden a formar etiquetas. Es diferente decir: "te puede doler un poco" que "esto nunca duele". Para ser y parecer justos y honestos, resultan más efectivas expresiones del tipo: "La mayoría de las veces…", "En ocasiones", "Algunas veces", "Frecuentemente". Son formas de expresión que permiten al otro sentirse correctamente valorado.
- Confidencialidad: la información profesional que se dispone de las personas debe manejarse de forma responsable, con objeto de garantizar su confidencialidad.
- Claridad y brevedad. Ser claro en las explicaciones, utilizar un lenguaje comprensible, con una terminología propia del entorno laboral. Repetir varias veces lo mismo con distintas palabras, o alargar excesivamente el planteamiento, no es agradable para quién escucha. Produce la sensación de ser tratado como alguien de pocas luces o como un niño. Hay que recordar que: "Lo bueno, si breve, dos veces bueno".
- No emitir juicios de valor sobre las enfermedades orales ni sobre sus expectativas.
- Ayudar a la persona a identificar su situación frente a los factores de riesgo y hábitos personales de forma clara y objetiva.
- Actitud profesional. Evitar en todo momento actuar según impulsos, impresiones o un exceso de empatía. Ser cordial y afable en el trato con las personas pero profesionalizado, lo que se demuestra en la puntualidad, el tipo de saludo, la corrección en las formas y el rigor en los procedimientos, entre otros. Es además importante no tener prisa, utilizar un tono de voz adecuado, respetar los silencios, saber escuchar, valorar todas las intervenciones y emplear la cordialidad. En suma, la clave del asesoramiento estriba en crear un clima de confianza.