Si dejamos al margen que a veces existan problemas en los canales, como esos anuncios en que se va la cobertura del móvil, ("…te estoy…..mando") o situaciones como cuando intentamos comunicarnos con personas que no hablan nuestro idioma y entonces recurrimos al lenguaje verbal y paralingüístico para hacernos entender, la causa de los errores o dificultad en la comunicación y sobre los que podemos actuar residen generalmente en el emisor y en el receptor.
Una de las causas de que la comunicación sea a veces dificultosa es que exista una incongruencia entre lo verbal y lo no verbal dando lugar a una comunicación patológica: por ejemplo, una persona puede estar diciendo: "No te preocupes", y sin embargo, su tono de voz, su expresión facial y sus gestos expresar auténtico terror (no verbal). Veamos otras causas de dificultades:
- Dificultades en el emisor y en el receptor:
- No pensar lo que se va a decir, nos ocurre si estamos nerviosos.
- No organizar los pensamientos que se quieren transmitir, cuando tenemos prisa.
- Informar con imprecisión, no distinguimos lo valioso de lo accesorio.
- Hablar sin observar el grado de compresión del receptor, no buscamos el contacto visual con el receptor.
- Realizar juicios de valor en la información que transmitimos, partimos de nuestra valoración en vez de hacer una transmisión de datos objetivos.
- Utilizar un tono de voz y un lenguaje gestual imperativo, que cree rechazo en el receptor.
- Escuchar sin prestar atención a la información, cuando vamos a lo nuestro.
- Estar pensando la respuesta sin atender a la pregunta que se está realizando, en situaciones de nervios y bloqueo.
- Las propias características sociales y personales:
- La predisposición previa, los prejuicios dificultan la comunicación. Las personas tenemos una gran tendencia a juzgar y evaluar a los demás, a encasillar. Es muy probable que empaticen mejor dos personas que se han desarrollado en un mismo entorno social o cultural.
- La distancia generacional dificulta a menudo la empatía. También en ocasiones muchos pacientes temen poner en evidencia su ignorancia o su dificultad para entender las cosas, por lo que prefieren callar, quedarse con dudas. Otras veces callan porque temen una reacción negativa del sanitario.
- La predisposición previa, los prejuicios dificultan la comunicación. Las personas tenemos una gran tendencia a juzgar y evaluar a los demás, a encasillar.
- La forma de iniciar la conversación resulta clave. Nunca se debe comenzar la conversación preguntando de manera contundente. Es preferible iniciar la conversación con frases abiertas que inviten al diálogo.
- El impacto emocional de la información puede bloquear por completo la comunicación. Por ejemplo, cuando se le comunica al paciente un diagnóstico grave sin la adecuada preparación emocional. Todo lo que se le comunique después no será escuchado por el secuestro emocional provocado por el conocimiento del diagnóstico.
- No ponderar bien las señales de acercamiento afectivo y corporal. Con intención de empatizar se puede caer en un desproporcionado acercamiento. Actitudes como tutear, coger la mano, tocar la cara o acercarnos excesivamente pueden violentar al paciente. En algunas ocasiones sin embargo sí resulta adecuado un contacto físico.
- La sensación de prisa o impaciencia. Muchos pacientes con tal de no molestar al sanitario, evitan consultarle dudas o conversar. Si no se dispone de tiempo, conviene emplazar la conversación para otro momento.
- Dificultades por un contexto inadecuado y agresivo, ocurre en una situación grave, como un terremoto, accidente de tráfico, un incendio, y en lugares o situaciones de riesgos potenciales.
Si existe un déficit de habilidades de comunicación dará lugar a fallos como:
- Fallo en la acogida del paciente, en presentarse y en explicar las propias acciones. Momento en el que contactamos con el paciente y no sabemos obtener un buen ambiente
- Fallo en sacar a la luz la información disponible, especialmente las principales preocupaciones y expectativas del paciente.
- Aceptación de información imprecisa y fallo en la búsqueda de clarificación.
- Fallo en la comprobación de la comprensión de la situación del paciente.
Según la RAE "Facultad, capacidad o perspicacia para entender y penetrar las cosas."