¿Cómo conjugamos el tipo de información a comunicar y la motivación al paciente?
La motivación supone encauzar la dirección y energías del comportamiento. La motivación es la fuerza interna que nos impulsa a un fin externo, en busca de una satisfacción. Existen diversas teorías sobre lo que nos impulsa a obrar o actuar, incluso, sabemos que existen motivaciones de las que somos conscientes, y otras, no. También nos podemos encontrar que a veces tenemos varios motivos para un mismo acto, y, otras veces, varios actos para un mismo motivo. Una de las clasificaciones más empleada sobre motivaciones y motivos los organiza en motivos biológicos y psicológicos:
- Motivos biológicos.
Maslow estableció varios grados de motivaciones que incluyen la supervivencia, el respirar, el hambre, la sed, el sexo, el bienestar físico, evitar el dolor, etc.
- Motivos psicológicos.
- Exploración o novedad, que sería la necesidad constante de recibir estímulos novedosos que activen nuestro sistema nervioso (ver cosas nuevas, enterarse de todo, etc.).
- Logro y autorrealización, que se refiere a la necesidad de conseguir metas materiales (objetos, caprichos, etc.) o inmateriales (valoración, prestigio, etc.); en definitiva, cosas que nos hagan sentir a gusto con nosotros mismos.
- Contacto social, que es la necesidad del ser humano de relacionarse con otros a distintos niveles (apego a adultos en el niño, grupo de amigos, amor, etc.).
Las personas pueden ser diferentes en cuanto al grado en que resultan influidas por fuentes de motivación intrínsecas/internas (diversión, destreza…) o extrínsecas/externas (aprobación de otras personas, recompensas materiales, el deseo de superación…). Además, a medida que las personas experimentan cambios en sus vidas, es probable que también cambien las fuentes de motivación.