2.2.- Medición de fenómenos en epidemiología.

En epidemiología hay muchas formas de medir los sucesos en función de lo que se quiera expresar. Se puede medir o contar lo que sucede, por ejemplo contando el número de casos nuevos, o el número de casos totales, o se puede intentar relacionar un factor determinado con la aparición de un determinado nivel de salud o de enfermedad.

Esto que parece un poco raro, es bastante habitual que se use en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, imagínate que te dan los datos de una enfermedad contagiosa como la tuberculosis, y te dicen que en un país A la prevalencia es del 65%, y que en un país B, es del 1%. ¿A dónde preferirías ir de vacaciones?

Libros sobre una mesa.

Seguramente has pensado que al segundo país, porque habrás pensado que tienes menos probabilidad de contagiarte. Es decir, ya sabes que cuanto menor es la prevalencia, menor es el riesgo de contraer la enfermedad.

En otras ocasiones, se comenta que “algo” produce una enfermedad. Por ejemplo hay gente que opina que el uso de teléfonos móviles es causa de alteraciones en el cerebro, o que las antenas de telefonía móvil pueden provocar enfermedades, o bien que determinadas sustancias químicas producen cánceres, o que los cactus encima de las pantallas de ordenador son protectores, etc. La lista de posibles factores causantes de enfermedad, de protección o de riesgo, es muy amplia y lo que es muy importante es comprobar en qué casos es cierto y en qué casos no lo es.

En esta sección vas a poder estudiar tres tipos de medidas. Las primeras están relacionadas con expresar cuanto o cuantas veces sucede algo (medidas de frecuencia), las segundas relacionadas con medir el riesgo que supone estar expuesto a un factor (medidas de asociación) y, las últimas, que miden la cantidad de enfermedad que se podría eliminar, suprimiendo el factor (medidas de impacto).