Planificar un estudio o investigación consiste en pensar y organizar todo lo que se quiere hacer. Es la primera fase, se suele realizar en un "despacho" u "oficina" y participa todo el equipo investigador.
Vamos a repasar los contenidos vistos hasta ahora con un ejemplo. Podemos partir de una idea como la creencia de que el "uso de chupete durante la infancia" produce malposiciones dentarias. En nuestro trabajo podríamos realizar un estudio para comprobar esta hipótesis. Las fases serían las siguientes:
En la primera –planificación-, se decide medir el número de niños y niñas que han utilizado chupete y la tasa de malposiciones en una ciudad de manera independiente. Para ello, se decide que tres higienistas vayan a entrevistar a distintas personas y preguntar por los datos de hábitos de uso de chupete y la presencia de malposiciones. Se decide obtener datos con el 30 % de los niños y niñas de esa ciudad, elegidos al azar, mediante un sorteo.
En la segunda fase –recogida de información-, los tres higienistas acuden a las consultas de pediatría y de odontología de dicha ciudad, preguntan a los equipos profesionales por el uso de chupete y nivel de malposiciones dentarias, y registran los datos en unas fichas preparadas para ello.
En la tercera fase –análisis de datos–, se ordenan los datos, se realizan recuentos y cálculos estadísticos, se sacan conclusiones y se observa, por ejemplo, que en la zona hay muchas malposiciones y también se observa que el uso de chupete ha sido muy habitual.
A partir de aquí, se podría plantear un nuevo estudio, por ejemplo de cohortes, para demostrar que el uso de chupete (y no otro factor asociado) es la causa de esas malposiciones, y así de esta forma se reiniciaría de nuevo el ciclo. Es importante que recuerdes de la anterior unidad, que con un estudio transversal como el que se ha planteado en este ejemplo, no se pueden sacar otras conclusiones.