1.2.- Métodos basados en encuestas: Entrevistas.

Imagen de una interrogación.

Los métodos basados en encuestas consisten básicamente, en hacer preguntas para obtener la información que se necesita. La persona que interroga recoge la información que le da, ya sea el individuo incluido en el estudio u otra persona responsable (personal facultativo, la familia, un acompañante…).

Generalmente se dice que hay dos tipos de encuestas (entrevistas y cuestionarios) según el tipo de preguntas que se vayan a realizar, aunque el margen entre ambos tipos de técnicas no está claramente establecido y es difícil establecerlo en algunos casos.

Las preguntas, en función del tipo de respuesta que se busca, pueden ser abiertas (la persona que responde se puede expresar con toda la amplitud que ella quiera), o cerradas (a la persona solo se le permite seleccionar su respuesta entre varias que ya se le dan), y según el tipo de pregunta que predomine, se habla de entrevista o cuestionario.

Se define una entrevista como un conjunto de preguntas más o menos estructuradas y de respuesta abierta, con las que se pretende obtener la información necesaria. Es un método flexible en el que las preguntas realizadas en una entrevista y en otra, pueden variar.

Este sistema permite ir dirigiendo y adaptando la entrevista en función de lo que se persiga (acortarla porque no interesa, alargarla para obtener más información, cambiar el orden, repetir preguntas que no hayan quedado claras, tomar datos sobre otros aspectos -nervios, ansiedad…-). Sirve también para personas que no conocen la lengua o para niños y niñas, que de forma escrita, nunca podrían participar en estos estudios.

Es útil para obtener datos, sobre todo al inicio del estudio, en los momentos en los que se busca información antes de decidir el tipo de estudio que se hará, o cuando se considera imprescindible el diálogo con el entrevistado. Sin embargo, suele ser difícil estructurar la información obtenida ya que las respuestas suelen ser muy diversas y diferentes, los resultados dependen mucho de la calidad del entrevistador y además pueden resultar caras.

Para preparar la entrevista primero se deciden los temas o aspectos que puede ser interesante tratar y se van preparando preguntas o ideas en función de las respuestas que se espera obtener. Hay que recordar que una de las ventajas de la entrevista frente al cuestionario, es que se puede adaptar a la circunstancia, por lo que nunca se lleva del todo preparada, aunque hay que tener claro el objetivo previsto y no perder el "rumbo" durante su ejecución. Por esto es importante que la persona responsable de su realización esté entrenada y sepa qué está haciendo y lo que debe conseguir.

Durante su ejecución el entrevistador o la entrevistadora deben resultar educados y mostrar respeto a la persona entrevistada. Será conveniente expresar el objetivo de la entrevista y garantizar la confidencialidad. Hay que cuidar el lugar en el que se realice (ruidos, confidencialidad…) y el tiempo (prisas, descansos…) acomodándose en lo posible a la persona entrevistada. No hay que dar opiniones personales y se debe cuidar el lenguaje corporal. En algunos casos, puede ser conveniente anotar los comentarios aportados por el entrevistador y por el entrevistado y hay que intentar adaptarse a la situación para obtener la información necesaria.

Conjunto de preguntas más o menos estructuradas y de respuesta abierta, con las que se pretende obtener la información necesaria

Conjunto de preguntas organizadas y de repuesta cerrada (o al menos, más cortas que en la entrevista), utilizadas para obtener información.

Debes conocer

Lee esta norma técnica del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene del Trabajo (INSHT) en la que se hace un buen resumen de las características de la técnica de la entrevista.