Estos índices pretenden medir la presencia de esta enfermedad. La edad más apropiada para su registro en entre 12 y 15 años, pero es difícil su uso en epidemiología porque el diagnóstico de las lesiones en el esmalte no siempre es fácil.
Uno de los más usados es el Índice de Fluorosis de Dean (IF), ya que fue recomendado por la OMS. Para su medición se exploran todos los dientes y puntúa el diente más afectado (para algunos autores puntúan dos) con una escala de 0 a 5.
Los criterios para la puntuación son los siguientes:
- 0: Normal. La superficie del esmalte es lisa, brillante y del color habitual.
- 1: Cuestionable. El esmalte muestra algunas alteraciones de la traslucidez habitual pudiendo haber algunas manchas blanquecinas.
- 2: Muy Leve. Aparecen áreas opacas, blancas diseminadas irregularmente, pero que abarcan menos del 25% de la superficie dental.
- 3: Leve. Se ven áreas opacas más extensas, pero que abarcan menos del 50% de la superficie dental.
- 4: Moderado. Las superficies del esmalte de los dientes muestran marcado desgaste y se observan manchas marrones.
- 5: Grave. Las superficies del esmalte están muy afectadas y la hipoplasia es tan marcada que la forma general del diente se puede afectar. Existen fosas discontinuas o confluyentes, o las manchas marrones están extendidas y los dientes tienen una apariencia de corrosión.