Una de las “pesadillas” de los equipos investigadores, son los errores y sesgos en la investigación, o dicho de manera más coloquial, que alguien demuestre que su trabajo y sus conclusiones no se sustentan en planteamientos correctos, que no han acertado o que se han “confundido”.
Por esto presentamos aquí este apartado, que aunque no tienes nada que estudiar en él, debes reconocer estos términos que todos los investigadores e investigadoras, incluyen en sus trabajos de forma que demuestran que han cuantificado en lo posible, el margen de error y sus planteamientos son correctos.
Al realizar un estudio es posible cometer distintos errores, y aunque no hay métodos que permitan evitar por completo estos errores, si se preparan bien las cosas es posible reducirlos al mínimo. No hay que olvidar, que en estos trabajos de epidemiología se trabaja en base a probabilidades, por tanto es “probable” (o bastante posible), que los datos obtenidos sean esos pero no siempre se sabe, ya que cuando se trabaja con muestras de grupos se está “infiriendo” datos.
Las causas de los errores pueden ser múltiples:
- Una muestra mal seleccionada por que es poco representativa, o porque es demasiado pequeña…
- Pérdidas de personas por abandonos o fallecimientos durante la investigación...
- Información de poca calidad por que se han recogido mal los datos o por mal entrenamiento de las personas que los toman…
- Etc.
La ventaja de trabajar con un método científico es que el nivel de algunos errores se puede minimizar o al menos, se puede cuantificar a través de distintos sistemas (como la determinación del error típico o estándar, las pruebas de significación estadística como la “T” de Student, el cálculo del Chi cuadrado, el cálculo de intervalos de confianza, las pruebas de hipótesis…) lo que supone, de alguna manera, paliar su consecuencias.