1.4.- Presentaciones digitales.

Imagen de una chica delante de la  proyección de una presentación.

El sistema más habitual es el que hemos visto en los apartados anteriores, es decir, escribir un informe y publicarlo en prensa escrita. Pero también se pueden hacer presentaciones digitales, utilizando aplicaciones informáticas, para comunicar los resultados por ejemplo a un grupo de profesionales en un congreso.

Casi todas estas aplicaciones utilizan un sistema basado en distintas diapositivas que se van proyectando según el o la ponente van hablando.

Para preparar estas presentaciones se pueden tener en cuenta varias consideraciones.

  • Las diapositivas han de ser sencillas, claras…
  • El número ha de ser el “justo”, es decir, las suficientes para contener la información deseada, pero no demasiadas porque resulta aburrido. Cada diapositiva ha de ser importante y con una función.
  • Por lo general cada una suele llevar un título y recoger una idea, pero si no es así, hay que buscar un sistema mediante numeraciones o encabezamientos, que facilite al auditorio la identificación de la estructura.
  • Sobre el texto, es importante recordar que no se trata de exponer unos apuntes o un informe escrito, por lo que hay controlar la cantidad de información escrita. Hay que cuidar el tamaño de la letra; elegir una letra abierta que se vea bien, evitando los tipos de letras recargados; manejar mayúsculas y minúsculas, negritas y cursivas, tamaños diferentes… para que se lea fácil, y siempre intentando que la organización sea comprendida por los oyentes (por ejemplo todos los títulos en mayúscula y negrita y así, cuando lo ven, ya saben que es un título).
  • Es muy importante ser cuidadosos con la ortografía, puntuación y normas de redacción (tildes, mayúsculas, puntos y comas...).
  • El color se debe seleccionar para que ayude a la presentación. Para ello hay que recordar que no hay que usar muchos (algunos autores dicen que no más de tres), que algunos colores sobre otros no se ven bien o que otros cansan demasiado la vista (como blanco sobre negro)… No hay que complicarse demasiado en el diseño, ya que lo más importante es que sea agradable y que permita la lectura y la visión de las imágenes.
  • Las imágenes se seleccionarán bien porque aportan información (como los gráficos) o para “relajar” un poco el ambiente. Hay que recordar, en este sentido, que las imágenes de personas se quedan viejas en seguida, por lo que cuando se reutiliza la presentación, hay que renovarlas.
  • La presentación debe tener una uniformidad conseguida a través del uso de un encabezamiento, los mismos colores, un diseño básico para todas las diapositivas… y se puede acompañar con sonido, distintos sistemas de pase de diapositivas...
  • Por último, es fundamental, probar antes la presentación y ver si funciona para aquello para lo que es, así como comprobar que todos los recursos técnicos están preparados antes de su uso.
Estas presentaciones suelen estar pensadas para acompañar a la persona que hace la exposición, y este es, precisamente, el mejor recurso para la comunicación.
El o la ponente no está para leer la presentación, sino para exponer una información apoyándose en ella (la presentación está al servicio y no es la protagonista del tiempo).

Reflexiona

¿No te has aburrido alguna vez viendo una presentación de diapositivas? ¿Consigues mantener tu atención mucho tiempo leyendo información en pantallas?

Cuando elabores tus materiales, procura no convertir una presentación de diapositivas, en una mera proyección de apuntes.

Recuerda que es fácil aburrirse en estas presentaciones, ya que el auditorio está muy pasivo, por lo que el orador debe estar dinamizando la acción.