Aunque durante los últimos años ha disminuido mucho la incidencia y prevalencia, la caries es una enfermedad todavía muy prevalente, por lo que se podría todavía considerar un problema de salud pública. Es una enfermedad tan prevalente y afecta a tantas personas, que hasta hace poco tiempo, se consideraba normal tener caries y a la gente casi ni le preocupaba.
La diferencia de datos que existen entre unos países y otros es muy significativa. En general, en los países más desarrollados y con un mayor gasto sanitario, las cifras de caries han mejorado mucho en los últimos años. Sin embargo en los países más pobres, todavía las cifras son muy altas, aunque hay algunos países pobres, generalmente de África, en los que las cifras son bajas, seguramente debido a sus hábitos dietéticos.
Los datos epidemiológicos que se pueden citar son los siguientes:
- La prevalencia de caries en la dentición temporal y en los grupos de 12 y 15 años se ha estabilizado. En el año 2000 ya se observó un importante descenso de las cifras desde años anteriores, y, desde entonces, apenas se ha modificado.
- Se ha visto que hay un grupo pequeño de personas que acumulan, por distintos factores, mucha enfermedad, o que la distribución de la caries es muy asimétrica (SiC).
- Hay una fuerte correlación entre el ico y el ICAOD, por lo que es interesante invertir para mejorar los niveles de enfermedad en la infancia.
- En los grupos o cohortes de adultos se observa que la prevalencia sigue siendo muy alta y que afecta a casi toda la población. Los datos dicen que en este grupo los índices de caries se han estabilizado, aunque con un aumento del número de obturaciones (componente O) y una disminución del número de ausencias (componente A) y de caries (componente C).
- Se observa un aumento del índice de restauración (IR), salvo en el grupo de personas más mayores. Lo cual significa que la población acude a recibir tratamiento.
Entre los factores responsables de estos cambios se pueden enumerar muchos. Entre otros, el aumento de recursos económicos, la mejora del nivel de vida, el aumento del número de visitas a los servicios dentales, la utilización de selladores, la fluorización del agua y la utilización de pastas fluoradas, la mejora de las dietas con control sobre el consumo de azúcares, y una mejora en general de los hábitos de higiene oral.
En cuanto a los factores de riesgo para la caries se pueden citar el consumo de productos azucarados, (sobre todo si son pegajosos -como el pan con mantequilla y azúcar, las gominolas, “sugus ”, “toffees”…- y si están formados por disacáridos) y la mala higiene, aunque en menor grado.
Correspondencia o relación recíproca entre dos o más acciones o fenómenos.