Por lo llamativo de la nomenclatura, estarás preguntándote que relación existe entre el biberón y la caries. Es una alteración de los tejidos duros de los dientes de lactantes y niños que tuvieron un contacto prolongado con sustancias cariogénicas y una deficiente o, incluso, ausente higiene oral, todo ello influido por factores psicológicos, sociales, culturales y educacionales del núcleo familiar.
Generalmente, es un proceso cariogénico agudo característico de niños muy pequeños a los que se les suministraron biberones con líquidos muy azucarados o chupetes con azúcar o miel.
La clínica se caracteriza porque las lesiones afectan sólo a la dentición caduca. El proceso empieza por una lesión blanca de descalcificación en forma de una banda que afecta al tercio gingival de los incisivos superiores. Posteriormente cambia el color de marrón a negro. Aparecen cavidades que circundan a los cuellos de las piezas afectadas como un collar.
Se localizan con preferencia en las caras vestibular y lingual de los cuatro incisivos superiores y en las superficies oclusales de los primeros molares superiores e inferiores.
Es muy característica la ausencia de lesiones en los incisivos inferiores.
Las lesiones avanzan con gran rapidez. Con el progreso de las lesiones las coronas de los dientes rompen fracturándose con frecuencia por el margen gingival.