Caso práctico
Esta semana está siendo muy agotadora para Esther. Ha tenido, en consulta, distintos casos de niños y jóvenes con placa dental. Esther no entiende por qué, con la información que hay, la población infantil y adolescente presenta una higiene dental tan deficiente.
Pero hoy ha sido, especialmente, sorprendente. Decide, al acabar la jornada laboral, llamar a Adela, ya que no ha ido a trabajar por un compromiso familiar.
-Adela, ¿cómo estás? He decidido llamarte porque hoy he atendido a un niño de 7 años con una caries “espeluznante”. Lo he citado para mañana para que le eches un vistazo y a ver qué opinas. A mí me preocupa mucho porque las lesiones cariosas son importantes y, según sus padres, evolucionan muy rápidamente. Estoy muy sorprendida y no sé que estará pasando.
Adela le comenta:
-Está bien. Mañana lo vemos, pero si avanza muy rápidamente, me temo que será un proceso muy invasivo. Hasta mañana.
Esther piensa: “Me tranquiliza mucho que el niño esté en las manos de Adela. Es una gran profesional y, además tiene muy buen ojo clínico. La he visto en múltiples ocasiones salvar la situación con gran éxito”.