En este apartado reconocerás alguno de los factores que influirán en la presencia o no de placa dental:

Flujo y volumen salival. El flujo salival tiene un ritmo circadiano (es decir, que en condiciones normales experimenta variaciones que se repiten cada día): El flujo mínimo se produce durante el sueño y el máximo después de las comidas. Diariamente se producen alrededor de un litro a litro y medio de saliva.

La saliva ejerce un efecto protector sobre la salud periodontal porque:

• Contribuye a la remoción de los residuos alimentarios (efecto limpiador).
• Contiene sustancias que neutralizan los ácidos producidos por la placa bacteriana.
• La mucina salivar es una glucoproteína que recubre todas las mucosas como una película protectora.
• Contiene sustancias bactericidas: tales como la lisozima, catalasas, inmunoglobulina A, etc.

Cálculo dental ("sarro"). Es una masa de placa bacteriana, mineralizada o en proceso de mineralización, cubierta en su superficie externa por placa bacteriana no mineralizada que se le adhiere fuertemente. Puede ser supragingival e infragingival.

Oclusión traumática. Son muchas las causas de trauma oclusal, pero en general, cualquier trastorno que dificulte que las fuerzas oclusales se dirijan normalmente, o que genere fuerzas frecuentes continuas y excesivas sobre uno, o algunos dientes, y que pueden causar daño sobre las estructuras de soporte. Destacan dientes rotados, malposición dentaria, bruxismo, onicofagia, restauraciones mal ajustadas, etc.

Respiración bucal. Cuando el paciente respira por la boca se producen dos efectos:

• Disminuye la acción normal de limpieza de la saliva. Esto favorece la acumulación de placa en las superficies vestibulares y linguales de los incisivos superiores.
• Se pueden deshidratar los tejidos y se deteriora su resistencia.

En definitiva, estas situaciones se pueden asociar con gingivitis, hipertrofia y edema en las regiones citadas anteriormente.

Impactación alimentaria. Es la introducción forzada de alimentos en los espacios interproximales.

Odontología defectuosa. Prótesis mal diseñadas, restauraciones defectuosas, tratamientos ortodóncicos fijos o removibles, etc.

Hábitos inadecuados. Por ejemplo, morder objetos duros (lápices, bolígrafos...), onicofagia, tocar instrumentos musicales de viento, fumar, piercing, etc.