Caso práctico
Claudia sigue trabajando en el centro de salud. Después de un período de adaptación, se ha integrado perfectamente en el gabinete. Sabe que debe mucho a Elena, su compañera de trabajo, que le ha ayudado tanto en estas semanas.
Elena ha decidido que las listas de consulta se las repartan, una vez que ha comprobado que Claudia puede asumir tareas perfectamente, tales como la exploración dental, las tartrectomías y los sellados.
Claudia, hoy, al recoger la lista de pacientes, ha visto que vendrá Marina, que es una compañera de estudios.
-¡Qué sorpresa! Cuánto tiempo sin verla. Estoy deseando hablar con ella y saber como se encuentra, si está trabajando, etc. Además, ¿por qué pediría cita? -Piensa Claudia.
Sigue repasando la lista de pacientes y ya se pone a trabajar. Hoy será un día intenso, tiene muchos niños en consulta, y la verdad, son siempre agotadores. Está contenta porque volverá a ver a Marina, pero a la vez, preocupada, porque no sabe que le estará pasando para acudir a consulta, ya que es una titulada en Higiene Dental y, salvo problemas mayores, estará capacitada para resolver pequeños problemas orales.
La jornada de trabajo va a comenzar y prepara todo el material e instrumental para iniciar la consulta. No deja de pensar en Marina:
-¿Qué le estará pasando? Es raro que venga aquí a la consulta si trabaja en una alguna clínica dental...