A este proceso lo denominamos conductometría y no es más que la determinación de la longitud de trabajo, es decir, la longitud del conducto hasta el ápice.
Se puede realizar de dos maneras:
- Conductometría convencional: es la localización de manera táctil del ápice del diente, se realiza introduciendo una lima hasta que notemos que choca, entonces realizaremos una radiografía para comprobar que la lima ha llegado hasta la constricción apical y no se nos ha trabado antes. Previamente, si es necesario, utilizamos limas finas, como la 8 y la 10, para ir permeabilizando el conducto; después ya con la lima del 15 o del 20 se realiza la radiografía de conductometría, para que puedan ser visibles radiográficamente.
- Conductometría electrónica: se basa en la localización electrónica del ápice. Actualmente se le da más fiabilidad que a la radiografía, puesto que la radiografía es bidimensional y a veces da falsas imágenes.
Para realizarla utilizamos un dispositivo electrónico denominado localizador de ápices. Mediante una imagen en la pantalla y sonido en forma de pitidos nos va marcando la cercanía al ápice.
Una vez localizado el ápice y medida la longitud de trabajo, con una regla milimetrada específica, se van colocando las sucesiva limas y poniendo a esa longitud un tope de goma. También se toma en la corona una referencia anatómica para mayor seguridad.
estrechamiento natural de conducto que sirve como límite apical de la endodoncia (stop apical)