Como ya sabes, las transfusiones sanguíneas sólo se pueden realizar entre personas con grupos sanguíneos compatibles, pero además deben realizarse una serie de controles para evitar posibles reacciones transfusionales. En este sentido, seguramente habrás oído hablar de las pruebas cruzadas, la prueba de Coombs que estudiarás en este apartado forma parte de estas pruebas.
La prueba de Coombs, también llamada prueba de la antiglobulina, es una prueba que permite detectar la sensibilización de eritrocitos por IgG. Algunos anticuerpos, como por ejemplo los de tipo IgG, no pueden aglutinar eritrocitos de forma eficaz, pero se pueden detectar con pruebas de aglutinación indirecta añadiendo un segundo anticuerpo específico (antiglobulina) contra la IgG fijada previamente sobre la superficie de los eritrocitos.
Las reacciones transfusionales agudas con frecuencia son cuadros de comienzo brusco, que ocurren durante o inmediatamente después de la transfusión sanguínea.
El reactivo de Coombs, es un antisuero animal contra globulinas humanas y contiene anticuerpos , por tanto, frente a inmunoglobulinas humanas.