En apartados anteriores has podido comprobar que muchos inmunoensayos pueden realizarse manualmente, pero en los laboratorios, las técnicas se automatizan cada vez más. Actualmente la mayoría de técnicas quimioluminiscentes se realizan en equipos de inmunoensayo automático. Una de estas técnicas es el CMIA que se caracteriza por el empleo de micropartículas magnéticas recubiertas de anticuerpo específico como fase sólida.

Como verás más adelante, el diseño es el de una técnica sándwich y el anticuerpo secundario está conjugado con un marcador quimioluminiscente derivado de la acridina. La emisión de quimioluminiscencia flash está provocada por una base (hidróxido sódico) y un oxidante (peróxido de hidrógeno).

Las características magnéticas de las micropartículas facilitan su separación del resto de componentes cuando quedan retenidas en un campo magnético. En la siguiente imagen puedes visualizar el esquema de la técnica.

Como puedes comprobar, los pasos de la reacción para el CMIA son muy similares a los de MEIA (enzimoinmunoensayo por micropartículas). Ambos utilizan la tecnología de ensayo sándwich no competitiva para medir analitos. Recuerda que en estos dos inmunoensayos no competitivos, la señal medida es directamente proporcional a la concentración de analito presente en la muestra.