Si alguna vez trabajas con agentes patógenos lo harás en cámaras de seguridad biológica (CSB) ya que permiten mantener atmósferas controladas y protegen de las salpicaduras y aerosoles que se generan cuando se manipula el material que contiene estos agentes de riesgo.
Estas cámaras van provistas de un tipo de filtro denominado HEPA (filtro de partículas aéreas de gran eficiencia) que se caracteriza porque retiene el 99,97 % de las partículas de 0,3 µm de diámetro y el 99,99 % de las partículas de un tamaño mayor. Estos filtros retienen todos los agentes infecciosos conocidos y garantizan que el aire que sale de la cámara se encuentra exento de microorganismos.
En cuanto al tipo de protección que ofrecen las CSB se diferencian tres clases:
- CSBI: son cámaras de diseño sencillo en las que el aire del laboratorio entra por la abertura delantera y sale de la cámara por un conducto de extracción en el que se encuentra el filtro. Proporcionan protección personal y ambiental y se utilizan también para el trabajo con radionúclidos y sustancias químicas tóxicas volátiles.
- CSBII: además de protección personal y ambiental estas cámaras protegen los materiales de la superficie de trabajo ya que el aire que llega a dicha superficie ha pasado por un filtro HEPA. Pueden utilizarse con microorganismos de riesgo 4 siempre que se utilicen trajes presurizados como el que ves en la fotografía.
- CSBIII: son cámaras también denominadas cámaras de guantes que se utilizan para trabajar con agentes del grupo de riesgo 4. Todos los orificios de la cámara se encuentran sellados, el aire de entrada pasa por un filtro HEPA y el de salida pasa por dos. El acceso a la cámara se hace a través de guantes de goma gruesa y el material entra a la superficie de trabajo a través de una caja de paso que puede esterilizarse y que va también equipada con salida de aire provista de filtro.