Todas las células del organismo proceden de una única población inicial denominada células madres o stem cells. Esta célula inicial tiene dos características fundamentales:
- Autorrenovación. Permite que la población se mantenga a lo largo de toda la vida del individuo.
- Pluripotencialidad. Implica que a partir de ella, pueden desarrollarse todas las células sanguíneas entre otras.
A partir de la stem cell inicial (UFC), se desarrolla un tipo de célula comprometida para la formación células sanguíneas, denominada UFC-ML (unidad formadora de colonias mieloide y linfoide). Esta UFC-ML origina dos poblaciones celulares:
- Célula madre mieloide. Llamada UFC-M (unidad formadora de colonias mieloides) o UFC-GEMM (unidad formadora de colonias granulocíticas, eritrocíticas, monocíticas y megacariocíticas. A partir de ella, se originan todas las células de la línea mieloide.
- Célula madre linfoide. Llamada UFC-L (unidad formadora de colonias linfoides). A partir de ella, se originan todas las células de la línea linfoide.
Tanto la UFC-M como la UFC-L poseen las siguientes características:
- No identificables mediante observación microscópica. Son células aún muy indiferenciadas y no poseen características morfológicas distintivas.
- Pluripotencialidad. Es decir, son capaces de dar origen a distintas líneas celulares.
- Autoduplicación. Aunque en menor medida que las stem cells, son capaces de autorregenerarse.