La homeostasis del sistema hematopoyético se logra gracias a la diferenciación dirigida de una pequeña población de células madre hematopoyéticas con capacidad pluripotente. La regulación de este proceso tiene lugar a nivel genético mediante factores de transcripción que dirigen la diferenciación celular de manera progresiva en tipos celulares específicos. Los factores de transcripción pueden ser factores de crecimiento o de inhibición.

• Factores de crecimiento. Estos factores actúan sobre el crecimiento y diferenciación de las diferentes líneas celulares. Algunos actúan de forma específica, estimulando la producción de un determinado tipo de célula, mientras que otros estimulan la producción de varios tipos de células. Entres los factores de crecimiento se encuentran las siguientes:
  • Hormonas. La eritropoyetina (EPO) y trombopoyetina que estimulan la eritropoyesis y la producción de plaquetas respectivamente.
  • Citoquinas. Son factores de crecimiento producidos por los leucocitos y otras células presentes en el micro ambiente medular. Las más importantes son las siguientes:
    • Factores estimulantes de colonias. Se nombran con las siglas CSFs provenientes de su denominación en inglés colony-stimulating factors. Por ejemplo, el factor estimulante de granulocitos (G-CSF) o el factor estimulante de colonias de granulocitos y macrófagos (GM-CSF).
    • Interleuquinas. Son proteínas, sintetizadas por los leucocitos que actúan como mensajeros químicos. Se nombran con las siglas IL. Las interleucinas son capaces de actuar sobre distintas líneas celulares a la vez. Por ejemplo la IL-6 estimula la formación de UFC-Meg, UFC-G y UFC-M.
                                                 

           
• Inhibidores. Son factores capaces de inhibir la proliferación celular. Por ejemplo MIPα (proteína inhibidora de macrófagos), el TNF (factor de necrosis tumoral) o las prostaglandinas.