Tanto la recogida como el procesamiento de las muestras son fundamentales para la obtención de resultados fiables. Por ello, se debe tener cuidado para no generar artefactos que interfieran con los resultados finales.
Los tubos (con EDTA) donde se recoge la sangre tienen marcas que indican el nivel corrector del volumen de llenado. Si el volumen recogido es menor de lo normal (exceso de EDTA) da lugar a un encogimiento de los hematíes y los leucocitos. Los eritrocitos tienen una apariencia de estrella ya que sus bordes no son lisos sino estriados, las plaquetas aparecen hinchadas y fragmentadas. Todos estos cambios dificultan la observación y recuento de las células sanguíneas y por lo tanto el resultado final no sería fiable.
Al rellenar el tubo de sangre se necesita que el anticoagulante se mezcle bien con la muestra, por lo que se necesitan inversiones repetidas para su homogeneización. Si no se va a procesar la muestra en las 3 horas posteriores a la recogida de la muestra, es necesario que ésta se conserve en la nevera a 4º C, ya que sino en los hematíes se empezarían a generar cambios morfológicos y aparecerían con núcleos lobulados. En cuanto al proceso de extensión de la muestra, hay que tener cuidado con los procesos de fijación y tinción, ya que si no se puede alterar la morfología de las células. Además, es importante realizar el estudio en la zona óptima evitando las zonas más gruesas o más finas de la muestra.
En el siguiente vídeo se resumen las principales causas que pueden llevar a que se generen artefactos en las muestras histológicas .
https://www.youtube.com/watch?v=YDmMgllVitE&feature=emb_title&ab_channel=Aurora