Una vez se ha realizado la tinción de la muestra sanguínea, se procederá con la observación de la muestra para finalmente identificar los diferentes elementos de un frotis sanguíneo a través de un microscopio.
Para realizar un correcto examen del frotis sanguíneo, es necesario realizar un barrido del mismo. Este barrido consistirá en la observación de las diferentes zonas del cuerpo de la extensión. Es importante tener en cuenta que la zona de cabeza suele ser demasiado gruesa para la observación y la cola demasiada fina, así que se debe elegir la zona intermedia o cuerpo, donde se sitúa la zona ideal de observación (zona óptima) por encontrarse las células distribuidas de forma homogénea y en una sola capa.
En primer lugar, enfoque la preparación utilizando los objetivos de bajo aumento (10X, 20X, 40X). Así se pueden observar las áreas extensas del frotis, para que hacerse una idea general. Después, se debe realizar un barrido de diferentes zonas del cuerpo de la extensión, observando los numerosos hematíes que aparecen (son los elementos celulares más frecuentes). Se puede descubrir, entre un inmenso mar de hematíes, los leucocitos, con sus núcleos intensamente teñidos de azul. Finalmente, se pueden observar los elemento celulares más pequeños, las plaquetas, que aparecen con forma de pequeños fragmentos teñidas de color lila.
El barrido se realiza de forma serpenteante, evitando pasar dos veces por la misma zona. Para ello se recomienda seguir una trayectoria como se muestran en la imagen siguiente.