1.7. Mielograma.

Caso práctico

Aplicación del aceite de inmersión.

Carlos ha superado con éxito las diversas pruebas a las que les ha sometido Mónica. Identifica perfectamente los distintos tipos de leucocitos por lo que se siente preparado para pedirle a Mónica que le permita observar algunas extensiones de sangre con alteraciones morfológicas.

-Mónica, crees que hoy podremos dedicar un rato a la observación de preparaciones patológicas de la colección del Hospital, tal y como quedamos -dice Carlos.

-Eso espero. Si adelantamos bastante el trabajo puede que al final de la mañana tengamos algo de tiempo disponible -dijo Mónica sin desviar la vista de la mesa de trabajo-. Es más, podemos pedirle a la hematóloga que nos acompañe, ella está mucho más preparada en citología y además, verás que explica estupendamente.

Al final de la mañana Mónica le dice a Carlos que le acompañe al microscopio de cabezal múltiple que van a empezar con la clase.

-Esperar un momento, por favor -dice la hematóloga-. Tengo que realizar una punción de médula. Mónica, podrías acompañarme y realizas tú las extensiones. Si quieres, puedes venir tú también Carlos. Se trata de un paciente al que hemos detectado blastos en sangre periférica y sospechamos que pueda sufrir una leucemia.

Carlos asiste con discreción a la punción y se fija como Mónica prepara las extensiones de la muestra extraída. Después de teñir las preparaciones, se las llevan a la hematóloga que los espera sentada en el microscopio.

-Bueno vamos a ver que tenemos aquí -dice la hematóloga-. Si queréis, sentaros y os voy explicando. Carlos ¿ha visto alguna vez una muestra de médula?

-Solo una vez en el instituto. Nos explicaron que el estudio de médula ósea no es competencia de los técnicos de laboratorio -dice Carlos.

-Bueno, aunque eso es cierto. Yo creo que es importante que, también los técnicos, sepamos identificar células precursoras o blastos ya que en determinadas patologías como en las leucemias aparecen en sangre periférica -dijo Mónica.

-Llevas toda la razón -dijo la hematóloga-. Así que sentaros ya que no tenemos toda la mañana -añadió sonriendo.

El estudio morfológico de la médula ósea es un procedimiento indispensable para el diagnóstico y control de numerosas enfermedades hematológicas, como, por ejemplo, las leucemias. El estudio de la médula ósea se realiza siempre que se observan células inmaduras en la sangre periférica y se puede realizar mediante dos procedimientos, por biopsia ósea o por punción aspirativa. Aunque la punción aspirativa es el método más utilizado, ambas técnicas son complementarias en la investigación clínica. 

  • Biopsia ósea.

La biopsia consiste en realizar una punción, con una aguja fina, generalmente sobre la cresta ilíaca superior y posterior, obteniéndose un cilindro de hueso esponjoso que se somete a un procesado histológico.

Generalmente, las muestras obtenidas por biopsia ósea se procesan en el laboratorio de anatomía patológica. Por tanto, no se estudiará en profundidad a lo largo de este módulo, sin embargo, es importante que se conozca. Su empleo es fundamental ya que permite estudiar la arquitectura medular. Además es muy útil en el diagnóstico y seguimiento de distintas enfermedades hematológicas.

El cilindro óseo obtenido se somete a un procesado histológico que consiste en las siguientes fases: Fijación con formol, descalcificación, inclusión y corte. Finalmente, se consiguen cortes histológicos de unas 2 micra de espesor que se tiñen con la tinción de hematoxilina-eosina, Wright o si es necesario, utilizando otras tinciones histológicas. Sobre estos cortes histológicos se realiza el estudio microscópico.

  • Biopsia por aspiración a través de una aguja.

La muestra se obtiene mediante punción a la altura del esternón (punción esternal) o bien en la parte posterior de la cresta ilíaca. La punción la realiza normalmente la hematóloga o el hematólogo utilizando anestesia local. La punción se realiza con una aguja no muy gruesa, extrayéndose entre 0,1 a 0,3 ml de médula. El aspirado medular extraído se deposita rápidamente en varios portaobjetos limpios, ya que la médula ósea tiende a coagular rápidamente. El estudio que incluye las siguientes fases:

  1. Examen de las características macroscópicas de la muestra obtenida. Se valora la abundancia, escasez o ausencia de grumos, ya que esto orienta sobre la representatividad del material analizado. Si hay grumos, el aspecto citológico que se observe suele ser representativo de lo que sucede en la médula ósea. Cuando después de la punción no se obtiene muestra alguna (ni grumo ni sangre) se denomina punción blanca o seca.
  2. Se realiza una extensión, aplastando suavemente el grumo sobre un portaobjetos ayudándose de otro portaobjetos. Se tiñe la extensión utilizando la tinción Wright u otra de las tinciones panópticas. Generalmente se reservan diversas extensiones sin teñir por si es necesario realizar estudios complementarios sobre ellas, por ejemplo tinciones citoquímicas.
  3. Por último la extensión teñida con Wright se examina con el microscopio.

Para realizar el estudio microscópico se sigue el siguiente protocolo:

  1. Examen microscópico a bajo aumento. Con este aumento se realiza una valoración de la celularidad indicándose si es muy escasa, disminuida, normal o esta aumentada). Se confirma la presencia de células de estroma medular, células grasas y de megacariocitos en una proporción adecuada (de 1 a 2 por campo de bajo aumento). En la imagen se observa una preparación de aspirado de médula ósea con aumento bajo. En esta se pueden distinguir las células grasas y entre ellas las células sanguíneas.
    Imagen en la que se observa una preparación de aspirado medular, se distinguen adipocitos y entre ellos cúmulos de células sanguíneas.
  2. Examen microscópico con objetivo de inmersión. Efectuando un recuento diferencial de al menos 300 células para determinar distintos parámetros como la relación entre la línea mieloide y la línea eritroide, el porcentaje de blastos, de linfocitos, de eosinófilos, de células plasmáticas, etc. El estudio con objetivo de 100 aumentos incluye no solo el recuento de las células de cada serie sino también la identificación de posibles alteraciones morfológicas, la aparición de células atípicas de leucemias o bien la presencia de metástasis de células carcinomatosas. Como se puee ver en la imagen siguiente, cuando se utiliza el objetivo de inmersión es posible distinguir los distintos tipos de células.
    Imagen en la que se observan distintas células sanguíneas observadas con objetivo de alto aumento.
Valores normales del mielograma.
TIPO CELULAR. PORCENTAJE.
Serie neutrófila. Del 54 % al 60 %.
Serie eosinófila. Del 1 al 3 %.
Serie basófila. 0,1 %.
Serie eritroide. Del 25 al 30 %.
Serie monocítica. Del 2 al 3 %.
Serie Linfocítica. Menos del 15 %.
Línea trombocítica. Megacariocitos. Menos del 0,1 %.

Células presentes en la médula ósea.

Para saber más

En los siguientes vídeos puede ver como se realiza la toma de muestras de un aspirado medular.

             

https://www.youtube.com/watch?v=g7R5lTIWOlY&feature=emb_title&ab_channel=Lexelmedical


                      
https://www.youtube.com/watch?v=dqNBvy1vSGM&feature=emb_title&ab_channel=parofes 

En el siguiente vídeo se describen las distintas células encontradas durante el estudio microscópico de aspirado medular.

Autoevaluación

Pregunta

¿Cuáles de las afirmaciones siguientes son falsas?

Respuestas

La biopsia ósea se procesa en el laboratorio de anatomía patológica.

El estudio microscópico del aspirado medular se realiza con bajo aumento y con objetivo de inmersión.

En los resultados del mielograma el porcentaje normal de células pertenecientes a la línea eritroide es del 10 %.

Lo normal es ver uno o dos megacariocitos en cada campo microscópico observado con objetivo de inmersión.

Retroalimentación