Para el recuento del número de células de una muestra de sangre mediante la técnica manual en cámara, se necesita diluir la muestra. En este caso, se recomienda utilizar como diluyente un líquido isotónico que evite dañar a los hematíes. El más usado es el líquido de Hayem, aunque también se puede utilizar solución de cloruro sódico al 0,9 %.
La dilución de sangre generalmente suele ser de 1/200, aunque puede ser variable procurando la mayor exactitud posible. Esta dilución tiene que ser una mezcla homogénea, y para ello se utilizan las pipetas de Thoma, especialmente diseñadas para preparar esta dilución, o alternativamente pipetas automáticas de puntas desechables, con una gran facilidad de manejo y una mayor seguridad.
Cuando dos o más disoluciones, a la misma temperatura, tienen igual presión osmótica.