Caso práctico
Carlos escucha con atención las últimas noticias que Victoria le está comentando a Camen sobre los cambios que se van a llevar a cabo en los laboratorios del hospital.
—Buenos días, Camen. ¿Qué tal llevas la mañana?
—Estupendamente Victoria, ¿necesitas algo?
—En realidad, he venido para ponerte al corriente de las fechas programadas para nuestro traslado al laboratorio core.
—Eso sí que va ser un cambio. Cuando lo pienso, tengo emociones contradictorias, por un lado estoy deseando realizar el traslado y comenzar esta nueva etapa, y por otro se me encoge un poco el estómago.
—Es normal Camen. A mí también me pasa. Pero creo que vamos a alucinar. Está todo protocolizado y el grado de automatización es muy elevado. Te aseguro que están pensados hasta los más mínimos detalles.
—Espero que nos adaptemos pronto. Por favor, mándame un correo con el documento pdf de las fechas, y así evito que se me traspapele.
—Perfecto Camen, en media hora lo tienes en tu correo. Nos vemos.
Cuando se va Victoria, Carlos no puede evitar la tentación de preguntar a Camen sobre la conversación mantenida entre ellas.
—Camen, ¿qué es el laboratorio core?
—¿Te ha picado la curiosidad?
—Perdona, igual he sido un poco indiscreto.
—No hombre, no. Te lo resumo en un "plis plas". Un laboratorio core es un laboratorio centralizado. En un mismo espacio se integran todos los instrumentos y tecnología para realizar las determinaciones más frecuentes y los procesos más comunes. De este modo, se optimizan recursos materiales, personal técnico y se gana en calidad y rapidez.
—Vaya, y ¿dónde lo están instalando?
—En el semisótano. Cuando lo veas, te vas a quedar impresionado. Las estaciones de trabajo parecen traídas de la NASA.
—Estoy deseando verlo.
—En el primer rato libre nos acercamos a echarle un vistazo.
Laboratorio central.