En el caso aparecen todos los elementos necesarios para establecer un proceso comunicativo completo. Unos tienen carácter personal, como el emisor y el receptor, y otros son materiales, como el mensaje, el código, el canal o el contexto.
Vamos ahora a definir los elementos personales:
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EMISOR: Es uno de los interlocutores necesarios para que podamos decir que estamos ante un proceso comunicativo. Es la persona que toma la iniciativa y comienza la comunicación. En su cabeza surge la idea a comunicar y necesita codificarla, es decir, transformarla en una serie de signos y símbolos con significado para el receptor.
Esta primera etapa es la más importante, ya que muchas veces la comunicación falla porque el emisor no ha sido capaz de hacer llegar al receptor su idea por falta de vocabulario, por incorrecciones gramaticales, por desconocimiento de los códigos apropiados, por exceso de datos que saturan al otro interlocutor, etc.
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RECEPTOR: Interlocutor al que va destinado el mensaje. Éste llega al receptor a través de una serie de signos, que deberá decodificar.
Se convierte en emisor al dar una respuesta positiva (si se ha entendido el mensaje tal como pretendía el emisor) o negativa (no se le ha dado el sentido adecuado al mensaje). Este mensaje de vuelta o feedback puede utilizar el mismo código que el mensaje de ida.
- Por ejemplo ante la pregunta ¿Estás bien?
- Si responde sí o no. El código es el verbal.
- Si responde con un ligero movimiento de cabeza, utilizará un lenguaje no verbal.
Es importante conocer este feedback, ya que nos permitirá hacer los cambios necesarios para que el mensaje se reciba con la misma intención que ha sido enviado y evitar que el proceso comunicativo sea una mera pérdida de tiempo.
Los motivos de una inadecuada comprensión del mensaje pueden ser la falta de atención, el desconocimiento de los códigos utilizados, no ser consciente de determinadas barreras psicológicas, etc.
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BINARIUS. CC by. Elaboración propia. |
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