En los últimos años los cambios demográficos, sociales y económicos han transformado la sociedad española. Esto ha afectado directamente a las Unidades de Convivencia, que han cambiado debido a los principales cambios sociológicos que se han dado en las últimas décadas:

• El cambio de la Unidad de Convivencia compuesta por la tradicional familia extensa, a la nuclear y a otro amplio abanico de posibilidades (monoparentales, reconstituidas, de un solo miembro, etc.).
• La variación demográfica: El envejecimiento paulatino de la población, descenso de número de hijos por pareja, retraso de la edad de maternidad...
• Cambios en hábitos y costumbres, como la mayor incorporación de la mujer al mercado laboral.
• Avances en la medicina: Prolongación de la esperanza de vida, cronificación de enfermedades invalidantes, aumento de la esperanza de vida en personas con alteraciones congénitas, víctimas de accidentes de tráfico y laborales que sobreviven con graves secuelas...
• Drogodependencias y aumento de conductas de riesgo.
• Enfermedades degenerativas.
• Familias desestructuradas.

El envejecimiento de la población y el aumento del número de personas en situación de dependencia es progresivo. Sus características personales, ya sea por edad, por algún tipo de discapacidad o déficit, hace que tengan una serie de necesidades básicas que necesitan cubrir para poder vivir dignamente su día a día.

Las llamadas Actividades Básicas de la Vida Diaria (ABVD), son las que todas las personas desarrollamos para satisfacer sus propias necesidades y para desarrollarlas se requiere un determinado nivel de autonomía. Se trata de cosas tan sencillas como realizar la propia higiene personal, hacerse la comida o mantener limpio y en condiciones higiénicas el propio hogar.

Los cambios sociales a los que nos referimos, han provocado que existan gran cantidad de personas en nuestro país que no pueden realizar sus actividades básicas de la vida diaria y tampoco cuentan con la ayuda o apoyo necesarios para realizarlas, de ahí que la sociedad haya tenido que recurrir a la creación de servicios de atención a estos colectivos. Por este motivo surge la figura del Técnico en Atención a Personas en situación de Dependencia (TAPD) y una de sus principales funciones el Apoyo Domiciliario.

Según la normativa vigente, esta serie de atenciones o actuaciones básicas se basan en actividades de prevención, asistencia, formación y rehabilitación, y se distribuyen en 5 ámbitos:

1. Domésticas,
2. personales,
3. educativas,
4. sociocomunitarias y
5. ayudas técnicas y adaptativas del hogar.

El módulo de Apoyo Domiciliario se centra en las necesidades y actuaciones referentes a la Atención Doméstica. Se trata de aquellas actuaciones que apoyan la autonomía personal y familiar del usuario a través de las tareas cotidianas.

En concreto, estas tareas son las siguientes:

• 

  Alimentación: Comprende desde realizar la compra, hasta la preparación de las comidas en casa, pasando por la elaboración de menús adecuados a las características y salud de la persona.
• Vestuario: Incluye actividades como la compra, el lavado, el planchado, la reparación y la ordenación de la ropa.
• Mantenimiento de la casa / domicilio: Con estas actividades se han de mantener unas condiciones higiénicas adecuadas a través de la limpieza diaria (barrer, fregar, limpiar el polvo...) Además, la vivienda se ha de mantener en buen estado, realizando pequeños arreglos, cambiando bombillas etc.
• Economía Doméstica: Que incluye la necesidad de hacer presupuestos anual, mensual y semanal, la lista de la compra, la interpretación de las facturas y el ahorro.

Cubrir las necesidades básicas del domicilio, con las actuaciones propuestas se hará planificadamente y se deberá contar siempre con la cooperación del usuario en la medida que sea posible.

Evidentemente, todo trabajo aunque se trate de tareas domésticas, necesita de una planificación previa, una ejecución correcta y una evaluación posterior.

Si además, el objetivo de este trabajo es cubrir las necesidades de personas que se encuentran en situación de dependencia, en España existen una serie de servicios destinados al apoyo domiciliario, como puede ser el SAD (Servicio de Ayuda a Domicilio) y una normativa que especifica quiénes son sus destinatarios, cómo ha de hacerse y cuál ha de ser su seguimiento.

En primer lugar, es necesario entender este servicio público, aunque como se explicará más adelante, unas prestaciones similares también pueden provenir de otros ámbitos.

La necesidad de garantizar a las personas recursos y servicios para que pudieran realizar sus actividades básicas de la vida diaria, llevó a la elaboración de la Ley 39/2006, de 14 de Diciembre de Promoción de la Autonomía Personal y atención a las Personas en Situación de Dependencia (también denominada coloquialmente Ley de Dependencia), con el objetivo de establecer un marco normativo que garantizase el acceso universal de las personas en situación de dependencia, a los servicios precisos para cubrir sus necesidades.

Bajo el amparo de esta ley se crea el Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD), que tiene por objetivo "la garantía de las condiciones básicas y la previsión de los niveles de protección a todas las personas en situación de dependencia, sirviendo de cauce tanto para la colaboración y participación de las Administraciones Públicas, como para la optimización de los recursos públicos y privados disponibles".Por tanto, el SAAD se configura como una red pública de uso coordinado de los recursos tanto de centros como de servicios, sean estos privados o públicos. Hasta la publicación de la Ley de Dependencia, el cuidado y la atención a las personas en situación de dependencia recaía íntegramente en su familia.

Con el establecimiento del SAAD, el Estado garantiza la protección y el acceso de estas personas vulnerables a la red de servicios sociales, así como las prestaciones económicas para poder recibir los cuidados necesarios o para la contratación de profesionales que puedan ejercer de cuidadores y/o empresas que ejercen las tareas de cuidadores y apoyo domiciliario.

Con el desarrollo de la Ley de Dependencia y del propio SAAD surge el Servicio de ayuda a domicilio (SAD) una de las soluciones más efectivas para garantizar el bienestar de las personas en situación de dependencia.

Aunque las siglas que resumen el nombre del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) y el Servicio de Ayuda a Domicilio (SAD) sean parecidas, no se deben confundir nunca bajo ningún concepto. Pues el segundo surge del primero, y bajo el calificativo de SAD, se encuentran un conjunto de recursos dirigidos a prestar apoyo y cuidados en su domicilio a personas, que por cualquier circunstancia dejan de ser autónomas para llevar a cabo las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), haciendo especial hincapié en que la persona pueda continuar viviendo en su hogar y en su entorno habitual.

El Servicio de ayuda a domicilio se define como el conjunto organizado de actuaciones llevadas a cabo por personal cualificado y acreditado, en el domicilio de las personas que se encuentran en situación de dependencia, con el fin de atender sus necesidades de la vida diaria e incrementar su autonomía, posibilitando la permanencia en su domicilio.

Los Servicios que presta el Servicio de ayuda a domicilio son:

• Servicios relacionados con la atención y el cuidado personal en la realización de las actividades de la vida diaria. Se refiere a aspectos relacionados con la movilidad, la higiene personal, la toma de medicamentos
• Servicios relacionados con la atención de las necesidades domésticas o del hogar: Hace referencia a la limpieza, lavado, cocina y otros.

Es necesario tener muy claro, que se trata de un programa individualizado (nunca se debe considerarlo como un conjunto de prestaciones que se conceden a un usuario), sino que más bien se trata de una planificación de servicios adaptados y adecuados exactamente a las características y necesidades individuales que la persona receptora del servicio posee.

Quien presta este servicio, son entidades públicas o empresas privadas acreditadas para esta función.

De los servicios que presta el Servicio de ayuda a domicilio, el Módulo de Apoyo Domiciliario se centra en el segundo aspecto, el relacionado con la atención a las necesidades domésticas, haciendo hincapié en la gestión del presupuesto de la unidad de convivencia, la compra y abastecimiento de la unidad de convivencia, el mantenimiento y  limpieza del domicilio, así como de las prendas de  vestir y la alimentación, que incluye elaboración de menús y la conservación y procesado de los alimentos.

Además, se tiene en cuenta, la importancia de la planificación y ejecución del servicio, pues cada intervención que se realice debe ser programada previamente, ejecutada bajo supervisión y evaluada posteriormente.

Este servicio comprende los siguientes servicios:

• Servicios relacionados con la atención personal en la realización de las actividades de la vida diaria: Higiene corporal, apoyo a la movilidad, apoyo a las actividades cotidianas, a las actividades sociales etc.
• Servicios relacionados con la atención de las necesidades domésticas o del hogar: limpieza, lavado, cocina u otros. 

En lo que concierne a la finalidad de las actuaciones que se desarrollan en el Servicio de ayuda a domicilio, éstas pueden tener un carácter preventivo, educativo, rehabilitador o asistencial.

• Actuaciones Preventivas: Intentar prevenir situaciones que incrementen el riesgo de pérdida de independencia: estilos de vida saludables, prevención de caídas y accidentes en el domicilio etc.
• Actuaciones Educativas: Todas las actividades deben incorporar una intención educativa orientada a que sea el propio usuario quien haga las tareas, cuando tenga capacidad para ello, para lo cual se le tendrá que instruir para que adquiera las habilidades básicas. Por ejemplo, enseñarle a preparar alimentos o a poner la lavadora o el lavavajillas, en lugar de hacerlo directamente el Técnico.
• Actuaciones Rehabilitadoras: Están destinadas a la recuperación a través del entrenamiento de capacidades funcionales perdidas: vestirse, asearse, andar etc.
• Actuaciones Asistenciales: En aquellos casos en que la persona usuaria no pueda encargarse de las tareas será el profesional quien las haga sin su participación.

Los objetivos que persigue el Servicio de ayuda a domicilio son muy amplios, pero en líneas generales los más importantes son los siguientes:

• Mantener a la persona usuaria en su medio natural, es decir, en su hogar, lo que contribuye a una mejora de su calidad de vida.
• Evitar el internamiento, si no es necesario, a través de la adecuación de la vivienda a las necesidades del usuario, el apoyo doméstico, sanitario y, en general todo aquello que le permita subsistir en su hogar.
• Incrementar la autonomía personal de la persona en su entorno habitual, facilitándole la realización de tareas que no pueda realizar por sí sola, sin interferir en su capacidad de decisión.
• Fomentar el desarrollo de conductas y hábitos saludables (alimentación, higiene, ejercicio físico etc.) para mejorar su calidad de vida.
• Fomentar la solidaridad y el voluntariado a través de ciudadanos, grupos o asociaciones que puedan realizar tareas de compañía y ocio.

¿Dónde se solicita la prestación del Servicio de ayuda a domicilio? Para que se conceda esta prestación pública, se debe acudir en primera instancia al Centro de acción social (CEAS) del ayuntamiento de la localidad correspondiente.

El ayuntamiento es el responsable de la prestación del Servicio de ayuda a domicilio, por ser la entidad pública administrativa más cercana a las personas y el que tiene mayor poder de reacción ante la aparición de las necesidades de éstas, siendo el que mejor conoce su problemática. Es el ayuntamiento el encargado de establecer y coordinar el Servicio de ayuda a domicilio en su municipio. Por tanto, se trata de la puerta de entrada al servicio para el usuario.

Una vez recibida la solicitud de estos usuarios, son los Centros de acción social (CEAS) del ayuntamiento, los responsables de recoger y valorar las diferentes solicitudes de los usuarios para ser atendidos por el Servicio de ayuda a domicilio.

Si las solicitudes son valoradas positivamente, pasarán posteriormente a ser atendidos por el servicio del Servicio de ayuda a domicilio.

Esta prestación puede realizarse de manera directa a través de un servicio propio del ayuntamiento o puede concertarse con entidades privadas que presten ese servicio.

Por otro lado, existen también entidades que pueden también prestar directamente este servicio al usuario, con un carácter totalmente privado, según las leyes que rigen el mercado, no siendo el ayuntamiento el intermediario entre ellos. Por lo tanto, el ayuntamiento no es el responsable del servicio, sino que es el usuario el que contrata directamente a una empresa que le presta el servicio, no siendo gratuito para la persona usuaria como en el caso de la prestación pública.

De todas formas su estructura, funcionamiento y plan de trabajo es similar a la pública, que es la que se desarrollará en esta Unidad de Trabajo.

Los siguientes profesionales trabajan en el Servicio de ayuda a domicilio:

1. El Trabajador social de los Servicios sociales del Ayuntamiento: Es la persona responsable de la valoración de los nuevos usuarios y de la coordinación entre éstos y la entidad prestadora del Servicio de ayuda a domicilio.

2. El Equipo de trabajo del Servicio de ayuda a domicilio de la Entidad prestadora: Auxiliares, Personal de Coordinación y Personal de Administración:

   1. Coordinador: Realiza tareas de coordinación, gestión y organización del servicio, además del seguimiento del trabajo del auxiliar de ayuda a domicilio. Este puesto lo desempeñan preferentemente los Trabajadores Sociales.
   2. Ayudante de coordinación: Bajo la supervisión del coordinador realiza tareas como: elaborar el cuadrante de incidencias (suplencias de auxiliares), comunicación y avisos telefónicos con auxiliares y usuarios y otras análogas.
   3. Auxiliar de Ayuda a Domicilio: Es el profesional que atiende, en el propio domicilio o entorno, siguiendo las pautas de actuación y cuidados indicados por el coordinador del servicio, las actividades de atención personal, las actividades relacionadas con las necesidades del domicilio y las actividades de desarrollo familiar y de relaciones con el entorno.
   4. Auxiliar administrativo: realiza funciones de mecanografía, archivo y otras actividades técnicas administrativas.

Este módulo se centra en la figura del Auxiliar de Ayuda a Domicilio, puesto que la desempeña el Técnico en Atención a Personas en Situación de Dependencia (TAPD).

Entre las tareas que puede llevar a cabo, destacan el apoyo sociosanitario y el cuidado personal; el apoyo en las actividades básicas de la vida diaria, así como el apoyo en el cuidado del hogar (limpieza de la vivienda, realización de compras, gestión del presupuesto en la unidad de convivencia, preparación de alimentos, etc.).

Aunque sus funciones siempre vendrán determinadas por el tipo de servicio y las tareas que tenga que desarrollar en la vivienda de cada usuario/a, no es lo mismo la limpieza del domicilio de una persona de 30 años que utiliza productos de apoyo para la  marcha, que la que se realice para una pareja de más de 70 años. Tampoco se debe olvidar que las características del domicilio también influyen en el proceso. Por lo tanto, las funciones de este profesional, dependerán siempre del caso con el que trabaje.

El perfil personal y profesional del Auxiliar de Ayuda a Domicilio, es el que le define para llevar a cabo sus tareas. Tiene que estar motivado y contar con la capacidad suficiente para realizar las diferentes acciones y tareas. Así que si dispone de un repertorio de habilidades sociales, una conducta hábil y un repertorio de cualidades personales, podrá desarrollar con éxito su trabajo y tendrá las claves para afrontar y resolver los problemas que se le presenten.

Por eso, es preciso conocer el perfil del Auxiliar de Ayuda a Domicilio, el cual debe ser:

• Responsable para todas sus tareas y actuaciones.
• Sensible ante la persona y su problemática social (especialmente en aquellas actuaciones que impliquen cambios de hábitos y costumbres).
• Empática, intentando ponerse en el lugar del otro.
• Respetuosa con la persona y su intimidad, teniendo en cuenta sus deseos e indicaciones sin criticar sus actitudes aunque no las comparta.
• Serena ante situaciones desagradables o conflictivas.
• Comunicativa: Facilitando la comunicación con la persona usuaria y sus sentimientos, capaz de aceptar críticas, admitir errores, disculparse, ...
• Afectuosa, agradable, delicada, considerada. etc.

Existen otras profesiones que pueden considerarse complementarias a las anteriores y formar junto a ellas parte del Servicio de ayuda a domicilio, dependiendo de las necesidades del colectivo al que se atienda; por ejemplo, si el SAD va dirigido a trabajar con familias desestructuradas, donde hay menores, nos hará falta contar con un educador.

Los Equipos de trabajo del Servicio de ayuda a domicilio también pueden incluir otros profesionales prestadores de cuidados profesionales tales como:

• Enfermería /DUE: pauta y supervisa cuidados especiales como cambios posturales, movilizaciones... desarrolla tareas sanitarias como poner inyecciones, cuidado, úlceras…
• Educador: realiza las tareas educativas con el usuario, la familia y su entorno.
• Terapeuta Ocupacional: Valora las AVD, asesora y forma a los profesionales y la valoración de las ayudas técnicas y adaptaciones funcionales del hogar.
• Gerocultores: Especialistas en la 3ª edad.
• Psicólogos: Valora las capacidades del usuario en cuanto a memoria, trastornos de tipo psicológico, etc.
• Fisioterapeutas.
• etc.

Todos estos profesionales pueden participar en una prestación de atención a domicilio en el contexto de una prestación multidisciplinar. Se denomina equipo multidisciplinar o interdisciplinar, cuando son diferentes profesionales, provenientes de distintas especialidades los que forman el equipo de trabajo que atenderá a la persona usuaria.

Así mismo el Servicio de ayuda a domicilio deberá contar con los diferentes servicios que existan en la comunidad y tendrá que trabajar coordinadamente con otros profesionales de la comunidad que prestan una serie de cuidados profesionales al usuario. Fundamentalmente desde los servicios sanitarios como el centro de salud o el hospital, el centro de día, asociaciones, fundaciones y organizaciones prestadoras de servicios útiles para los usuarios como Cruz Roja, asociaciones de personas con discapacidad, de enfermos de Alzheimer, etc.

Y por supuesto, no se pueden olvidar en ningún momento:

• Los cuidados no profesionales prestados por la familia como los vecinos, amigos etc. que ejercen de cuidadores del usuario.
• La participación de asociaciones a través de su voluntariado que amplía la actuación del Servicio de ayuda a domicilio en actividades que no se podrían abarcar. Un ejemplo es el acompañamiento a actividades de ocio a personas que pueden estar solas, pero tienen falta de movilidad, tales como ir al cine o a cualquier evento cultural de su barrio.

La clasificación más sencilla de las personas que necesitan de apoyo domiciliario es la siguiente:

1. Personas mayores en situación de dependencia.

   Es el grupo mayoritario de población atendido por el Servicio de ayuda a domicilio. Presenta una falta de autonomía provocada por los cambios físicos (enfermedades, pérdida de los sentidos…), cambios cognitivos (menor nivel de atención y memoria…) y cambios sociales (fallecimiento del cónyuge, amigos, pérdida de roles sociales, …).

2. Personas con discapacidad en situación de dependencia.

   La discapacidad física es la principal causa de dependencia que afecta a personas de todas las edades, pero, mayoritariamente, son personas mayores de 50 años.

   Hay que destacar los grupos formados por los niños con graves trastornos de desarrollo, jóvenes y adultos con secuelas graves de accidentes, personas con deficiencias intelectuales severas y profundas, sujetos afectados de graves y generalizadas lesiones neurológicas, enfermos mentales con graves deterioros y, en general, pacientes con enfermedades crónicas degenerativas.

   Para los menores de tres años que presentan una grave limitación física y psíquica se presta el Servicio de ayuda a domicilio como un elemento fundamental para que el menor permanezca en su entorno, sirviendo de apoyo a la familia.

3. Unidades de convivencia en riesgo social.

   La familia puede sufrir situaciones que impidan su convivencia familiar adecuada por diferentes circunstancias, como: abandono del hogar de un progenitor, enfermedad mental de algún miembro de la familia, menores desatendidos por enfermedades de carácter temporal de sus progenitores (operaciones, internamientos,…) que impidan ejercer sus funciones paternas.

El proceso que hay que seguir para ser usuario del SAD dependerá de cada comunidad autónoma y de cada ayuntamiento que tenga establecido el servicio, aunque básicamente, todos siguen los mismos pasos. La documentación a presentar por el usuario y la que tendrán que tramitar los técnicos, variará en cada ayuntamiento.

Los pasos a seguir en un Plan de Trabajo son:

• Estudio.
• Diagnóstico.
• Planificación o Diseño de la Intervención (Plan de trabajo Individualizado).
• Ejecución del Plan de Trabajo Individualizado.
• Evaluación.

Tanto la Ejecución del Plan de Trabajo Individualizado, como la Evaluación del mismo, se tratarán en profundidad en el desarrollo de la Unidad de Trabajo 7 del módulo de Apoyo Domiciliario. Primero, se comenzará por saber cómo se accede al servicio.

Todo comienza cuando se produce la solicitud en los Centros de acción social (CEAS) del ayuntamiento. El acceso al Servicio se se realiza a través de estos centros. Hay dos puertas de entrada:

1. Todo el proceso se inicia cuando llega el usuario al CEAS del ayuntamiento. Esta sería la puerta de entrada para todas aquellas circunstancias que no implican que el usuario esté en una situación de dependencia. Se valoran a las personas que presentan posibles déficits de autonomía, sus factores de carácter personal y sociofamiliar, su apoyo social, la situación de su vivienda y otros factores que dificulten objetivamente su vida social y su calidad de vida.

   En esta vía de entrada también se encontrará a las personas que su problemática principal está relacionada con los aspectos convivenciales y socioeducativos en su familia.

   Los CEAS del ayuntamiento valorarán la situación, según un baremo propio y si el informe del Trabajador Social es favorable, se procederá a pasar la información necesaria al equipo que gestiona el Servicio de ayuda a domicilio.

   A continuación veremos todo este proceso con mayor detenimiento.

2. La otra puerta de entrada es cuando al usuario se le ha reconocido un grado de dependencia y tiene elaborado un programa individual de atención ( PIA), donde aparece recogida la prestación del Servicio de ayuda a domicilio y la intensidad del mismo para esta persona. Es necesario recordar que el programa individual de atención consiste en la prestación o conjunto de prestaciones que se consideran adecuadas para la situación de dependencia de la persona. En este caso, como la persona ya ha sido valorada, no es necesario realizar el estudio ni el diagnóstico de la persona y se pasará directamente a la fase de elaboración de su Plan de trabajo individualizado. Por tanto, el acceso al servicio de ayuda a domicilio se produce de manera inmediata y el ayuntamiento con el programa individual de atención ya concedido, remite el expediente del usuario al equipo que gestiona el Servicio de ayuda a domicilio.

Una vez recibida la solicitud, comenzará la fase del Estudio del caso. El trabajador social visitará el domicilio del solicitante, con el objetivo de obtener la información necesaria para cumplimentar los baremos correspondientes, que permitan facilitar el dictamen resolutivo. Para obtener toda la información pertinente realizará una entrevista, cumplimentará los cuestionarios y completará la información con la observación del entorno. Así mismo pedirá a la persona diversa documentación que complemente la solicitud (informes médicos, fotocopias DNI, etc.). Todo esto formará parte del Estudio de la situación.

La entrevista es una conversación entre el trabajador social y la persona futura persona destinataria del Servicio de ayuda a domicilio. El objetivo de la entrevista es recoger datos y obtener información diversa sobre la persona y su entorno, su estado de salud y bienestar general, las dificultades para realizar las actividades de la vida diaria, los hábitos de vida y las condiciones de su vivienda.

También se utilizan los cuestionarios que buscan una información más clara, concreta y concisa que la propia entrevista, sobre las mismas cuestiones.

La observación directa permite obtener información prestando atención y registrando hechos y situaciones que se producen en el entorno natural de la persona. Respecto a la persona, le permite obtener información sobre su personalidad y capacidades, la forma en que se desenvuelve en la vida cotidiana y de las relaciones sociales que mantiene. Respecto al domicilio puede percibir si reúne las condiciones de seguridad suficientes, si se podría adaptar con pequeñas modificaciones etc.

El diagnóstico se produce una vez que se ha recibido la demanda y realizado el estudio. Sirve para comprender y analizar la situación problemática, a través de la detección de necesidades y la valoración de los recursos disponibles.

El coordinador/a del servicio recopilará toda la información necesaria para cumplimentar los baremos correspondientes.

Los baremos que se utilizan para poder realizar el diagnóstico, serán establecidos en cada ayuntamiento, intentando medir diferentes ámbitos de la persona para decidir la prescripción del servicio. Se suele valorar los siguientes aspectos:

• Grado y nivel de dependencia.
• Situación de discapacidad física, psíquica o sensorial.
• Dificultades personales especiales (valoración de la situación psicosocial de la persona).
• Situación de la Unidad de Convivencia.
• Situación social (valoración de la red de apoyo a la persona).
• Características de la vivienda habitual (valoración de las condiciones de salubridad y habitabilidad de la misma).
• Situación económica (este baremo es el que más pueda presentar más variaciones entre unas Comunidades Autónomas y otras y/o unos ayuntamientos u otros).

El Trabajador Social del Centro de acción social del Ayuntamiento realizará visitas domiciliarias, entrevistas con el usuario y familiares, aplicará los baremos establecidos, etc.

Con la información obtenida se elaborará un diagnóstico que identificará los principales núcleos sobre los que hay que intervenir. Se plasmará en un informe social donde se recoja toda la información obtenida y se emitirá una resolución sobre la concesión o denegación del servicio.

Como se ha indicado, existen múltiples escalas de valoración funcional  de  las actividades de la vida diaria. A continuación se indican dos escalas que se suelen emplear en geriatría y discapacidad:

• El índice de Barthel: es la escala de valoración funcional de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD). La puntuación de la escala varía entre 100 puntos (independiente) y 0 puntos (dependencia máxima). Para realizar la medición, tiene en cuenta diez apartados:
• Ocho grupos de actividades: Alimentación, lavado, vestirse, aseo personal, uso de retrete, transferencias del cuerpo, deambulación y dificultad para subir y bajar
• Dos funciones corporales: Deposición y micción.
• El índice de Lawton y Brody: es la escala para la valoración de las  actividades instrumentales de la vida diaria (AIVD). Para medir el nivel de dependencia del usuario, valora ocho tipos de actividades divididas en categorías: el uso del teléfono, el lavado de la ropa, la preparación de la comida, el cuidado de la casa, el uso del transporte, las compras, el manejo de los asuntos económicos y el control de la medicación. Este índice da mucha importancia a las tareas domésticas y evalúa la capacidad para realizar una tarea en una circunstancia determinada, por lo tanto, la disponibilidad de electrodomésticos u otros dispositivos puede influir en la puntuación final. Cada una de las actividades puntuará sólo en el caso de que la persona realice la tarea, no si declara que puede hacerla.

Por otro lado, el Real Decreto 174/2011, de 11 de febrero, por el que se aprueba el baremo de valoración de la situación de dependencia establecido por la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de dependencia, el cual aprueba el baremo de valoración de la situación de dependencia (BVD), establecido por la Ley de dependencia.

El grado de dependencia del usuario tiene influencia directa en la consecución de uno de los objetivos que se plantea el apoyo domiciliario: Realizar las tareas con la persona usuaria. Su nivel de autonomía influirá a la hora de planificar el trabajo, ya que habrá tareas que pueda realizar sola, mientras que para otras necesitará alguna ayuda o incluso no podrá realizar.

Desde la publicación de la Ley de Dependencia, se reconocen tres grados de dependencia que permiten clasificar a los usuarios/as de manera sencilla, aparecen desglosados en el artículo 26.1:

• Grado I. Dependencia Moderada: "cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria, al menos una vez al día o tiene necesidades de apoyo intermitente o limitado para su autonomía personal". Se corresponde a una puntuación final del BVD de 25 a 49 puntos.

• Grado Dependencia Severa: "cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria dos o tres veces al día, pero no requiere el apoyo permanente de un cuidador o tiene necesidades de apoyo extenso para su autonomía personal." Se corresponde a una puntuación final del BVD de 50 a 74 puntos.

• Grado III. Gran Dependencia: "Cuando la persona necesita ayuda para realizar varias actividades básicas de la vida diaria varias veces al día y, por su pérdida total de autonomía física, mental, intelectual o sensorial, necesita el apoyo indispensable y continuo de otra persona o tiene necesidades de apoyo generalizado para su autonomía personal". Se corresponde a una puntuación final del BVD de 75 a 100 puntos.

Una vez concedido el servicio, la entidad titular del servicio de ayuda a domicilio, abrirá un expediente por cada persona usuaria o por cada unidad de convivencia a la que se presta el servicio, en el que constará, como mínimo los siguientes documentos:

1. Informe social. (Dónde se recopila y analiza toda la información obtenida hasta ese momento)
2. Plan de trabajo individualizado, firmado por el técnico responsable que designe la entidad titular del servicio.
3. Acuerdo de servicio, firmado entre la entidad titular del servicio y la persona usuaria. En algunos casos se denomina contrato por el carácter vinculante entre las dos partes, la entidad prestadora del servicio y el usuario/a.

Una vez notificada la resolución de concesión del servicio, se realiza una Planificación o Diseño de la intervención de carácter individual y exclusivo para la persona usuaria, que es el Plan de Trabajo Individualizado.

La elaboración del plan de trabajo individualizado se hace de forma conjunta entre todos los profesionales que componen el equipo interdisciplinar (incluido el auxiliar de ayuda a domicilio porque es el profesional de atención directa). Además, teniendo en cuenta las aportaciones que puedan hacer aquellas otras personas implicadas en el cuidado (cuidadores no profesionales, voluntarios etc.) e incluso el propio usuario, con el fin de que los objetivos que se establezcan puedan llegar a buen término.

Los dos objetivos fundamentales de la planificación son:

• Unificar criterios de actuación entre todas las personas profesionales y no profesionales que atienden a la persona usuaria.
• Ayudar a la persona usuaria a mejorar su autonomía y procurarle bienestar.

A los que se pueden añadir otros objetivos, tales como:

• Establecer la finalidad de la intervención, especificando las tareas del profesional para conseguirla.
• Examinar las alternativas posibles (medios y recursos) para elegir la más adecuada al usuario/a.
• Facilitar la acción y la toma de decisiones.
• Ordenar, sistematizar y priorizar las acciones para mejorar la eficacia y la eficiencia de las intervenciones.

Por todo esto, la planificación siempre debe reunir las siguientes características:

• Flexible, para ajustar las intervenciones a las necesidades que surjan durante el posterior proceso de ejecución.
• Preventiva, para establecer objetivos, acciones, desarrollos, posibles obstáculos etc.
• Realista, para valorar de forma objetiva la situación, los medios con los que se cuenta, las necesidades que hay que cubrir y las medidas que se deben adoptar.
• Coordinada, para facilitar la intervención de las personas que atienden al usuario/a y el uso de los recursos más adecuados para realizar la atención.
• Consensuada, entre todos los implicados (profesionales del Servicio de ayuda a domicilio, usuario, familiares y cuidadores no profesionales), para que todos persigan los mismos objetivos y se guíen por las líneas de actuación acordadas.

Los diferentes datos e informaciones que se reflejen en el Plan de Trabajo Individualizado, variarán en función del organismo o entidad que los realice, así como de las necesidades de cada usuario, aunque por lo general suelen presentar los siguientes elementos:

1. Datos identificativos del usuario: como su número de expediente y sus datos personales.
2. Datos de la situación del usuario: situación económica, vivienda, estado de salud, ...
3. Objetivos: Metas a conseguir de carácter realista y alcanzable en plazos concretos.
4. Actividades y Actuaciones: Acciones que se diseñarán según las metas propuestas, determinando quién las realiza, las fechas en que se llevará a cabo la intervención, cuándo comienza y termina y el tiempo que se le dedica, es decir la intensidad de la prestación.
5. Profesionales: Aquellos profesionales que forman parte de la intervención en ese domicilio.

6. Reparto de tareas y responsabilidades de los diferentes profesionales: Las tareas que se suelen llevarse a cabo en las prestaciones del Servicio de ayuda a domicilio son:

   1. Tareas de cuidado personal.
   2. Tareas domésticas.
   3. Cuidados especiales.
   4. Tareas a la ayuda de la vida relacional y social.

Todas las condiciones básicas de prestación, deberán acordarse, entre los Centros de acción social (CEAS) del  municipio y la persona usuaria y deben ir reflejadas en el acuerdo de servicio.

En lo concerniente al Auxiliar de Ayuda a Domicilio, categoría que desempeña el Técnico en atención a personas en situación de dependencia, el Plan de Trabajo Individualizado es un documento enormemente útil para desempeñar sus actividades de Apoyo Domiciliario, puesto que le permite conocer de antemano cuál va  ser el trabajo que va a realizar en el domicilio, los factores a tener en cuenta y cómo realizar las actuaciones planificadas.

Las horas que se asignan al Técnico  en  atención  a personas en situación de dependencia como Auxiliar de Ayuda a Domicilio para trabajar con la persona usuaria son  muy  importantes, porque en función de las mismas tendrá que adaptar su planificación, ya que no realizará la misma cantidad de tareas si está en el domicilio dos horas a la semana que si está dos horas al día.

El anexo II del Real decreto 1051/2013 establece la Intensidad del servicio de ayuda a domicilio según el grado de dependencia:

• Grado III. Gran dependencia: Entre 46 y 70 horas mensuales
• Grado II. Dependencia severa: Entre 21 y 45 horas mensuales
• Grado I. Dependencia moderada: Máximo 20 horas mensuales.

Cuando va a trabajar en el domicilio de una persona usuaria, el Técnico dispone del Plan de Trabajo Individualizado, dónde se le indican con claridad, el número de horas que trabajará en ese domicilio y exactamente cuáles serán las tareas que debe realizar en el mismo.

A partir de ese momento, aunque su trabajo sea supervisado por el coordinador/a del servicio, debe organizarse y programar su trabajo para ser lo más eficiente posible y dar el mejor servicio a la persona usuaria.

Planificar el trabajo diario es fundamental para alcanzar estos objetivos y para hacerlo lo más sencillo es distribuir el tiempo y las tareas de forma eficaz.

Lo primero es dividir las tareas en diarias, semanales y mensuales, estableciendo un plan para cada tipo:

• Plan diario: Incluye aquellas tareas domésticas que necesariamente han de realizarse con frecuencia diaria.
• Plan semanal: La frecuencia semanal se asocia a otras tareas que son tan necesarias como las cotidianas.
• Plan mensual: La frecuencia mensual atañe al mayor periodo de tiempo que afecta a la planificación.

Los planes deben estar lo más adaptados posible a las necesidades y costumbres de la persona usuaria.

Una de las acciones más importantes es planificar correctamente el trabajo diario en la unidad de convivencia. Este se realiza individualmente, para cada caso, garantizando la flexibilidad en la ayuda y cuidados que se van a efectuar, así como las peculiaridades concretas y las circunstancias que rodean a cada persona en su contexto sociofamiliar, recogidas en el Plan de Trabajo Individualizado.

A pesar de todas las planificaciones, el Técnico en atención a personas en situación de dependencia está trabajando con una persona a la que le puede surgir cualquier tipo de  necesidad en un momento dado.

Las tareas del Plan diario se dividirán diariamente en:

• Tareas Urgentes.
• Tareas "Para hoy".
• Tareas "Que pueden esperar".

Los principales trucos para poder cumplir con la planificación del trabajo diario son ante todo la puntualidad, no perder el tiempo en otras cosas que no han sido asignadas en el Plan de Trabajo Individualizado y planificarse por escrito.

Los principales documentos escritos que utiliza el Auxiliar de Ayuda a Domicilio son:

• Hojas de Registro: en las que se recogen todas las tareas que se han de realizar, su temporalización y calendarización. La función de las hojas de registro es facilitar en todo momento la organización del trabajo, favorecer de una forma clara y ordenada la visualización de las tareas que cada profesional del equipo interdisciplinar del Servicio de ayuda a domicilio y cada miembro de la familia o voluntario debe efectuar en el plan, así como la frecuencia establecida previamente según las necesidades y demandas del usuario.

• Estadillos diarios: en los que se refleja la fecha y horas de trabajo, la asistencia del Técnico al domicilio, las tareas realizadas, las observaciones y la previsión de trabajo para el día siguiente

• Fichas de Seguimiento: donde se reflejan los aspectos cualitativos de las intervenciones.

  Como se explicará en la Unidad de Trabajo 7, estos documentos servirán para evaluar la intervención que se está haciendo en el domicilio, siempre con la intención de mejorar el servicio y cubrir de la manera más correcta posible las necesidades de la persona usuaria.

TAPD / AUXILIAR DE AYUDA A DOMICILIO

Algunas de las competencias profesionales del Técnico en atención a personas en situación de dependencia relacionadas con el trabajo de apoyo domiciliario, según la normativa vigente, son las siguientes:

1. Determinar las necesidades asistenciales y psicosociales de la persona en situación de dependencia mediante la interpretación de la información obtenida acerca de la persona, respetando la confidencialidad de la misma.
2. Organizar las actividades de atención a las personas en situación de dependencia favoreciendo su colaboración y la de la familia, teniendo en cuenta las directrices establecidas en el plan de atención individualizada.
3. Organizar la intervención relativa a la alimentación supervisando los menús, preparando los alimentos y administrándolos cuando sea necesario.
4. Gestionar la documentación básica y el presupuesto de la unidad de convivencia optimizando los recursos y asegurando la viabilidad de la gestión económica.
5. Realizar las actividades de mantenimiento y limpieza del domicilio garantizando las condiciones de habitabilidad, higiene y orden, con criterios de calidad, seguridad y cuidado del medio ambiente y, en su caso, tramitando la documentación pertinente.
6. Aplicar medidas de prevención y seguridad tanto para las personas en situación de dependencia como para los profesionales, en los distintos ámbitos de intervención.
7. Asesorar a la persona en situación de dependencia, a los familiares y cuidadores no formales proporcionándoles pautas de actuación a seguir en el cuidado y atención asistencial y psicosocial, adecuando la comunicación y las actitudes a las características de la persona interlocutora.
8. Resolver las contingencias con iniciativa y autonomía, mostrando una actitud autocrítica y buscando alternativas para favorecer el bienestar de las personas en situación de dependencia.
9. Colaborar en el control y seguimiento de las actividades asistenciales, psicosociales y de gestión domiciliaria cumplimentando los registros oportunos, manejando las aplicaciones informáticas del servicio y comunicando las incidencias detectadas.
10. Actuar con responsabilidad y autonomía en el ámbito de su competencia, organizando y desarrollando el trabajo asignado cooperando o trabajando en equipo con otros profesionales en el entorno de trabajo.
11. Resolver de forma responsable las incidencias relativas a su actividad, identificando las causas que las provocan, dentro del ámbito de su competencia y autonomía.
12. Comunicarse eficazmente, respetando la autonomía y competencia de las distintas personas que intervienen en el ámbito de su trabajo.
13. Aplicar los protocolos y las medidas preventivas de riesgos laborales y protección ambiental durante el proceso productivo, para evitar daños en las personas y en el entorno laboral y ambiental.
14. Aplicar procedimientos de calidad, de accesibilidad universal y de "diseño para todos" en las actividades profesionales incluidas en los procesos de producción o prestación de servicios.